Antonio
Rengifo Balarezo
La reciente movilización de las universidades estatales de repudio al Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales
(MOVADEF) es un hecho incontrovertible.
Pero, los hechos no hablan por sí solos.
Hay que situarlos en un contexto e interpretarlos
En nuestro
país, el gobierno a través de los medios de comunicación intenta dividir,
maniqueamente, a los peruanos entre los que están con Dios o los que están con
el Diablo.
En un lado,
Dios, o sea, el gobierno actual y la
clase dominante y sus elegidos; y en el otro lado, el diablo; es decir, el
MOVADEF y todos los que no le hacen coro a la campaña de guerra psicológica
desatada por el gobierno.
Si no magnifican
al Diablo o fabricaran un enemigo, no existiría a quién echarle la culpa de los
pecados cometidas. Indudablemente, esta
división maniquea, es una treta, ardid o triquiñuela de manipulación política o
de control social para alarmar a la población induciendo el miedo.
No cabe duda
que en la situación de nuestro país, hay motivos suficientes para
indignarse. Pero, solo la indignación no
pone en peligro a la clase dominante. Y
menos aún, un grupo como el MOVADEF por lo insignificante de su número en la
Universidad de San Marcos y en el país y por el sectarismo de sus
dirigentes. Sendero luminoso no está
erradicado, ni lo estará; pero, lo han
reducido a su mínima expresión y está controlado.
Por otra
parte, el MOVADEV no es un partido político; no cumple con los requisitos de lo
que se conceptúa como partido político.
Su objetivo es la AMINISTÍA de Abimael Guzmán condenado a cadena
perpetua. No hay delito de opinión, están en su derecho.
Ahora, aunque
no lo parezca a simple vista, el MODADEF le resulta funcional al gobierno
para justificar o legalizar la represión a los movimientos en pro de
reivindicaciones sociales.
Debe tenerse
presente que la subversión, llamada ahora “terrorismo”, no se neutraliza
haciendo renunciar a nuestro embajador en La Argentina; tampoco con el proyecto
de ley del “negacionismo” ni militarizando al país, menos aumentado el número
de cárceles o con pena de muerte ni asustando a la población; sino con medidas
preventivas que erradiquen la pobreza y eleven el nivel educativo de la
población.
Así como el
gobierno so pretexto de combatir al MOVADEF, agarra el rábano por las hojas; igualmente, enfrenta el problema de
la salud. No es con la inauguración de
más hospitales, aún si estuvieran bien equipados, ni con mayor número de médico
y enfermeras; sino existe una política de prevención y conservación de la
salud. Aquí está la clave en donde
empieza a vislumbrarse la solución.
Debe
recordarse que so pretexto de combatir la subversión de Sendero luminoso se le
otorgó un cheque en blanco al expresidente Fujimori y su asesor Montesinos;
hasta ahora estamos palpando los nefastos resultados. Su estilo delincuencial, violador de los
derechos humanos, aún perdura.
En suma, la
campaña gubernamental para combatir al MOVADEF es un engaña muchachos. Hay
otras maneras de solucionar los problemas del pueblo peruano. Pero, si usted quiere surfear oportunistamente, tome la mejor ola del momento: ¡repudie
al MOVADEF! Así lo ha hecho el rector de la universidad de San Marcos y tantos
otros...
Lima, 22 de noviembre del 2012
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