TacnaComunitaria
EL INFARTO DE WALL STREET-2
En
la segunda parte de su medular estudio, Aurelio Suárez analiza las
contradicciones actuales del capitalismo. Subraya que las condiciones actuales
del financierismo se han agravado, y recuerda lo señalado por ManfredBienefeld,
que:
1.-La economía mundial está basada en la
emisión privada de dinero, sin costo alguno y sin restricciones y sin respaldo
de un producto básico como el oro;
2.-Los mercados financieros están
respaldados por unas instituciones financieras (frente a las cuales los
gobiernos pierden poder soberano), imposiciones restrictivas y acuerdos
internacionales de obligatorio cumplimiento;
3.-Mercados financieros con estructuras
de propiedad y perfiles de riesgo altamente fragmentados e interconectados
entre fronteras, firmas e individuos y entre el presente y el futuro en un
grado inimaginable.
En
otras palabras, se impone el “curso forzoso” del papel dinero, la subordinación
de los gobiernos a los dictados de la bancocracia, la especulación de los
“paraísos fiscales” De este modo se succiona la economía principalmente de
nuestros países “en desarrollo” o en “crecimiento económico”
Antes
de entrar en el tema, el autor recuerda la teoría de los ciclos largos de
Kondratieff, y pone como ejemplo el caso de Estados Unidos. Un esquema sucinto
es:
1
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1784 - 1848
|
64 años
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Guerra de 1812
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2
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1848 - 1893
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45 años
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Guerra de Secesión
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3
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1893 - 1948
|
55 años
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I-GM, II-GM
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4
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1948 - 2010
|
62 años
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Guerra Fría
Guerra de Vietnam
Guerra Anti-terrorista
|
Cada ciclo tiene sus fases propias. Como
ejemplo del primer ciclo se tiene:
1784 - 1800
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Fase de expansión
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1800 - 1816
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Fase de recesión
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1816 - 1835
|
Fase de estancamiento
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1835 - 1848
|
Fase de depresión
|
Los períodos de
expansión se relacionan también con la innovación tecnológica (máquina de
vapor, textiles, acero, ferrocarriles, electricidad, química, automóvil,
petroquímica, tecnología de la información) Este análisis es buen instrumento
del comportamiento de la economía, y tiene capacidad predictiva; pero su
limitación está en que no precisa la influencia determinante de las
contradicciones propias del capitalismo. Por eso el autor señala y analiza
cuatro tipos de contradicciones.
1.-
Las contradicciones propias del capitalismo
Ya en la década
de los noventa se señalaba las dificultades del capitalismo mundial, y lo que
la globalización le permitiría hacer para superar los costos de producción. Los
monopolios norteamericanos y japoneses buscaban naciones receptoras baratas
como Tailandia, Filipinas, Malasia, el mismo México. El 2004 Alan Greenspan
señalaba que los bienes transables se habían expandido rápidamente en economías
con grandes fuerzas laborales con bajos salarios, como China e India, y lo
mismo en las economías de Europa central y oriental tras la implosión de la
URSS
Pero China, en
los últimos 40 años dejó de ser “una gran fuerza laboral con bajos salarios”
(Bajos salarios, respecto a los países desarrollados, no respecto a nuestros
países) Ahora el 83.6% del empleo en el mundo está en países “en vías de
desarrollo” Entre ellos está China (26.8%), India (15.8%), otros de Asia
(12.7%), África (12.2%), América Latina (6.3%) En cambio, eso no ocurre con los
países industrializados: UE-15 (6.3%), EUA (5.1%), Japón (2%)
Pero los
primeros países se desarrollan, se incrementa el salario. El capital se
desplaza al interior, y sin proponérselo contribuye al desarrollo del país
donde se instala. Toda empresa que se instala en China, “tiene que traer
tecnología de punta, tiene que trasvasarla al país, tiene que abrir su propio
mercado” Recientemente, China contrató la compra de más de 300 Airbus, lo cual
es un negocio fabuloso para la empresa francesa, “pero tienen que ser
construidos en China” Por eso en todo país ahora se comenta que en los mercados
“todo es chino”
Con el
desarrollo de la producción se incrementa la estrechez de los mercados, el
desempleo creciente, los conflictos laborales, las contradicciones entre los
bloques económicos. Y surge la relación entre Oriente (bajos salarios) y
Occidente (desempleo creciente) En EUA la tasa de ganancia declinó del 2000 al
2008 (donde tuvo el mismo valor inicial del 2000)
La ley básica
del capitalismo es la obtención de la mayor plusvalía posible con el mínimo de
capital desembolsado. Pero se impone la ley de la tendencia decreciente de la
cuota de ganancia. Esta ley obliga a una superabundancia de capital. El
resultado es el estancamiento de la acumulación y del proceso económico. Hay pérdida
del poder de consumo (de compra), y disminuye la plusvalía, base de las crisis.
2.-
Las contradicciones del capitalismo financiero
Resulta
sorprendente que los derivados financieros sean el 75% de la liquidez mundial y
estén valorados en 802% (8,02 veces) del valor del PIB mundial anual, que la
deuda asegurada sume el 142% (cerca de una y media veces) del mismo PIB global
y sea igualmente el 13% de la liquidez, y que la oferta monetaria equivalga al
122% del PIB global (1,2 veces) y sea el 11% de la liquidez. Al sumar las
distintas formas de liquidez en 2007, el monto total era de 575,14 billones de
dólares, más de 10 veces el PIB. Había diez dólares en valores por cada uno en
la producción.
Los derivados
financieros suman más de 200 veces el patrimonio de lo más representativo de la
banca mundial y más de 250 los activos de los fondos de inversión que los
arbitran; casi 150 veces la producción anual de petróleo y 5.000 la de oro.
Esta realidad es
la que conduce a la formación de burbujas. En verdad, “en Estados Unidos el
ciclo de la burbuja ya reemplazó el de los negocios” La burbuja inmobiliaria ha
sido el combustible para fomentar la “hiperinflación de activos”, forma como se
define la esencia de las burbujas. Los grandes fondos creadores de esos valores
ficticios advierten el momento de choque y salen a realizar sus posiciones y
así estalla la burbuja. Además, las políticas públicas como plataforma indispensable
para formar las burbujas, la conversión de los bancos comerciales en bancos de
inversión (colocadores de más crédito), la eliminación de leyes que exigían
responsabilidad y ponían límites a la banca, la desregulación de los mercados
financieros. Todo esto es “el paso formativo de las burbujas”
Para los estados
“periféricos” es conocida la “crisis de la deuda” A comienzos de los años
setenta, la proporción entre la deuda pública y su producción era del 7%, en
1979 se había multiplicado por 2; de ahí a 1987 se trepó al 39% Y respecto al
servicio de la deuda, pasó del 8% de las exportaciones al 23% en 1986. Esta
burbuja estalló en 1987. La deuda de cuatro países deudores (México, Brasil,
Argentina, Venezuela) era el 50% de los capitales propios de los bancos de
Estados Unidos, grave crisis en ese sector. Duménil y Lévy acuñaron así el
término “financiarización”: así como hay un mercado de mercancías, surge un
mercado de dinero.
Un nuevo
capitalismo ha sustituido al viejo. Se establece el monopolio de materias
primas, los canales de distribución, el crédito, los medios de transporte. Y
aunque la producción mercantil sigue siendo la base, las ganancias principales
van a parar a los “genios” de las maquinaciones financieras.
Por eso, el
predominio del capital financiero sobre las demás formas de capital implica el
predominio del rentista y de la oligarquía financiera. Caen el empleo, el
consumo, la producción, el ingreso social. Se impone reducir los salarios por
debajo de su valor (v), el
abaratamiento de los elementos del capital constante (c). Así el ciclo de las burbujas supera al de los negocios conocidos.
3.-
Las contradicciones de la globalización
Se puede iniciar
el análisis con la relación Norte-Sur a escala mundial. Esta estructura
productiva y mercantil tiene como su pilar principal el “libre comercio” sin el
cual no habría competencia entre los países del Sur para hacer ofertas
laborales de poca remuneración, ni mejoras en el control de la inflación en los
países industrializados, ni un incremento en la tasa de ganancia.
En este flujo de
mercancías, un primer flujo Sur-Norte, es de recursos naturales (petróleo,
cobre, carbón, aluminio, oro), productos agrícolas tropicales, fuentes de
energía y de materias primas adquiridas a bajo costo, incluso gracias a la
presencia de empresas multinacionalesin
situ, empezando por las grandes compañías petroleras. Esos recursos son los
insumos básicos para todo el proceso.
En el segundo
momento, los “países industrializados” del Norte, con tecnología de punta
elaboran con los bienes primarios importados en regalía, una gama inmensa de
mercancías, géneros agrícolas principalmente alimentos, insumos industriales y
productos semielaborados, que son remitidos de nuevo al Sur, mayormente a las
fábricas de obra barata, a las maquilas de América Latina, Asia y África, donde
se termina la fabricación del bien de consumo final. En el tercer paso, una muy
alta proporción de esos productos finales vuelve a los grandes mercados para su
venta.
Entonces, hay
una nueva división planetaria del trabajo, que especializa a cada uno de los
países en distintas actividades. El Norte (tecnología y capital), en las
industrias de alto valor tecnológico, en mercancías intensivas en capital, y el
Sur (mano de obra barata, maquila), en productos, bien intensivos en tierra
(recursos naturales) o bien intensivos en mano de obra barata, la cual además
debe ser calificada.
Hay evidente
inequidad en lo precios relativos entre los factores de producción. Se
retribuye a menos precio los recursos naturales y el trabajo y se remunera con
importes de oligopolio -incluidos los de las patentes- al capital y a la
tecnología.
Para el 2007,
las manufacturas asiáticas son el 90% de las importadas por el Norte, así como
el 80% del combustible para EUA y la UE es suministrado bajo este esquema por
América Latina y África. Se propicia así una especialización, llamada
“reprimarización” (Éste es el trasfondo de nuestro “crecimiento económico”)
Pero la pieza
más importante de la globalización ha sido, no el libre flujo de mercancías
sino el libre flujo de capitales. John Kenneth Galbraith define la
globalización como “un término que nosotros, los americanos, inventamos para
disimular nuestra política de avance económico en otros países y para tornar
respetables los movimientos especulativos de capitales” y Henry Kissinger
señala que es “otro nombre para el papel dominante de Estados Unidos en el
mundo” ¡Ni más ni menos!
A comienzos de
la década de los noventa, las reformas estructurales, el Consenso de Washington
y demás cartabones del FMI se centraron en cómo abrir las economías; en cómo concretar
la apertura para las mercancías y los capitales. El objetivo era producir
déficit de comercio que luego se financiaba con deuda pública obteniendo así
nuevos réditos que se garantizaban con programas de ajuste fiscal. Esto
ocasionó hondas recesiones con crisis cambiarias, monetarias y fiscales. Así se
abrió el paso para la inversión extranjera en áreas como el agua, educación,
salud, servicios públicos domiciliarios, las pensiones. Es el pago de nuestros
países a la globalización.
Y, por supuesto,
hay íntima relación entre el gobierno global y la guerra “contra el terrorismo
y el negocio del narcotráfico” ¡Las guerras humanitarias!
Y la experiencia
histórica es que hay varias globalizaciones: la del Imperio Romano
(esclavismo), del Imperio Español (feudalismo), del Imperio Inglés
(mercantilismo), del Imperio USA (globalización)
4.-
Las contradicciones propias de Estados Unidos
Pero en Estados
Unidos hay “dos Américas”, la del ciudadano común (150 millones) y las de las
grandes corporaciones (300 mil) Las enormes carencias de millones de
norteamericanos, son tan o más abrumadoras que las de cualquier país
tercermundista. Según el coeficiente Gini (que se mide de cero a uno), en 1970
valía 0,394, en 1980 subió a 0,403, en 1990 alcanzó el 0,428, en 2000 el 0,462,
el 2005 llegó al 0,47, prácticamente similar al de Brasil, México, Colombia.
Los costos de
administración (intermediación y ganancia) eran en los noventa el 20% del
total; en los últimos seis años han subido cuatro veces más que los salarios.
El valor de los fármacos es 40% más que en Europa.
EUA es un país
en guerra. En este siglo XXI libra la más intensa campaña de su historia en el
Medio Oriente, con énfasis en Iraq y Afganistán; y luego de destruir Libia
pretende seguir con Siria. Y es que el complejo industrial-militar no tiene
mejor forma de válvula de escape para su insuficiente acumulación que gastar el
inventario militar para lograr nuevos pedidos. De hecho, su guerra global tiene
un costo de TRES BILLONES de dólares.
Pero ya hay
reacciones. El 2009 el Banco Popular de China señaló que “la actual crisis
financiera demuestra, y está lejos de resolverse, que se ha hecho aún más grave
debido a las debilidades inherentes del actual sistema monetario internacional”
y ha vuelto a proponer una moneda de reserva internacional con un valor estable
“basado en normas de emisión y manejable de suministro, a fin de lograr la
economía mundial y la estabilidad financiera”. Se cuestiona el dólar y se
propone nuevamente un nuevo tipo de DEG (Derechos Especiales de Giro) como “una
moneda súper soberana de reserva”
A esta realidad
económica de EUA se suma la evaluación ambiental. Un primer indicador son las
toneladas de carbono por habitante, con el 32.2% de todo el planeta (1600
millones de toneladas/año) con su secuela de “efecto invernadero”. Un segundo
indicador es la Huella Ecológica, “área de territorio ecológicamente
productivo” (cultivos, pastos, bosques, ecosistemas acuáticos) necesaria para
producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por
una población dada (9,7 hectáreas/habitante, la segunda mayor del mundo después
de Arabia Saudita)
Estados Unidos
forjó su posición como líder capitalista (1880-1916) merced a la ampliación de
su territorio (al doble); implantó el proteccionismo interno; fructificó por su
copiosa plusvalía. Hoy ya no tiene esas condiciones para acumular como antes.
Pero insiste en el “infierno laboral”. Y hace suprimir aranceles a otros
países, pero internamente los conserva como normas sanitarias, fitosanitarias,
de biodiversidad, cuotas de importación, subsidios agroindustriales.
EUA empleó el
gasto público para salvar su economía, la militarizó, empleó la emisión
monetaria. Pero esto ya no le es posible hacerlo libremente ahora. Es el mayor
deudor del mundo. Y su complejo industrial-militar absorbe el 85% de su aparato
manufacturero. Su globalización ha llegado al límite, como cuando la Roma
Imperial
Ragarro
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