Ese río inmenso y caudaloso que es el marxismo, río que, a la vanguardia de la
Historia en marcha hacia el porvenir, a inicios del siglo XX, vio
sumarse un impresionante torrente: la obra de Lenin.
Lenin significó la restauración, el
aggiornamiento, la puesta al día del marxismo en la nueva realidad económica
que aparecía.
El capitalismo investigado, analizado y
sintetizado por Carlos Marx en "El Capital" (a la par desarrollaba su método) era el capitalismo pre monopolista, aquel donde recién
empezaba a producirse el fenómeno de la concentración económica que contradecía
la libre concurrencia.
Medio siglo después sus contradicciones
habían hecho exacerbar a tal punto el fenómeno de la concentración que se
produjo el salto dialéctico que abrió una nueva etapa: el capitalismo de los
monopolios, el imperialismo.
Lenin, armado del método marxista no sólo
leyó correctamente lo que la realidad presentaba de original y nuevo, sino que yendo
contra la corriente, contra de todos los textos sagrados y verdades
consagradas, actuó marxista y revolucionariamente en un país de capitalismo
atrasado en relación a Inglaterra, EEUU, Alemania o Francia con los
resultados que conocemos.
Por eso es que José Carlos Mariátegui lo
califica como el restaurador más enérgico y fecundo del marxismo.
Esta palabra es para reflexionar:
"restaurador".
Esto significa que el marxismo es "restaurable" o ¿no?
Dicho sea de paso Lenin actuó aquí como un revisionista del marxismo a todo meter.
Revisó algunos de los conceptos contenidos
en el Materialismo Histórico y en Marx.
Apenitas era 1,917 y ya Antonio
Gramsci, a quien suelo llamar "el Mariátegui italiano" la
tenía clarita:
"El Capital de
Marx era, en Rusia, el libro de los burgueses más que el de los proletarios.
Era la demostración crítica de la necesidad ineluctable de que en Rusia se
formase una burguesía, se iniciase una era capitalista, se instaurase una
civilización de tipo occidental, antes de que el proletariado pudiera siquiera
pensar en su insurrección, en sus reivindicaciones de clase, en su revolución.
Los hechos han superado las ideologías." (Gramsci, Antonio, La
revolución contra El Capital, 1,917)
Allí reside en gran medida la esencia revolucionaria marxista de Lenin, la superación dialéctica que hizo de Marx, no para aventarlo a la papelera de reciclaje sino para vivificar, restaurar, enriquecer la ciencia viva del marxismo.
Y esa esencia revolucionaria de Lenin, de
ir contra la corriente, se manifiesta de manera estelar en los preámbulos de la
revolución de octubre en donde, a partir del examen de los hechos comprende
que es necesario mandar al traste toda la concepción de partido como un
colectivo cerrado formado por revolucionarios profesionales, revisando
magistralmente sus propias concepciones sobre la organización política a la luz
de las nuevas condiciones que se abrían ante sus ojos. Y no sólo eso,
en la circunstancia más crucial no soltó la consigna:
! Todo el Poder para el Partido
Bolchevique!
sinó:
!Todo el poder a las masas!
demostrando así la comprensión del Socialismo como un gran movimiento producto de la historia, la economía y sus leyes y de la dinámica social engendrada por la lucha de clases.
Permítasenos aquí una digresión:
Si acaso un fulano, posterior al octubre
rojo, le hubiese dicho a Lenin una cosa como esta:
"En su magna obra don
Vladimir, usted no ha hecho propiamente marxismo sino que en relación a Marx y
Engel usted sólo ha compartido con ellos la misma concepción del mundo y nada
más"
Lo más probable es que Lenin, nomás
escuchar la última sílaba hubiese montado en rabia, y lo habría botado a
patadas en la nalgamenta de su modesto despacho.
Ahora bien: la obra de Lenin ¿ocupa un
lugar de privilegio en el marxismo?
Sin duda alguna! Esto jamás puede estar en
discusión!
Dentro de las legiones de seguidores que
ha tenido Marx a lo largo de los años, algunos de ellos resultaron discípulos
superlativamente brillantes. Lenin, entre todos ellos ocupa un lugar de
privilegio, no sólo por haber inaugurado una nueva era en la historia de la
Humanidad, la era del Socialismo, sino por la infinidad de experiencia viva que
ha legado para las generaciones que le sucedieron. Experiencia viva
contenida en sus libros, ensayos, folletos, artículos, discursos y cartas que
sintetizan su accionar en la lucha de clases del movimiento obrero.
Inmerso en la siempre verde realidad de la
vida, desplegó sus luchas desarrollando en ellas el marxismo en medio de encarnizados
debates.
Por cierto jamás se le vio pelearse con los Axerold, los Martov, los
Plejanov, los Kautsky y compañía por la interpretación de tal o cual cita, por
el sentido que un punto y coma tenía en un párrafo, en síntesis para
demostrar que él era el más erudito.
¿Merece la contribución de Lenin al
marxismo llamarse leninismo?
Sin duda alguna lo merece, como también lo
merecen las contribuciones de otras figuras señeras del marxismo, pero en
el entendido claro, preciso, rotundo sin ambages ni medias tintas que el
leninismo (como otros ismos) es parte de un conjunto que lo abarca por completo
que es el marxismo. Strictu sensu, el propio Marx teórico y revolucionario,
resulta "menor" que el marxismo.
Dijimos en su momento que el marxismo
abarca, antecede y supone el leninismo.
Nos ratificamos plenamente en ello. Sin el
marxismo, el Lenin que cambió el mundo, no hubiese sido posible.
Sin marxismo no hubiese habido octubre rojo.
En ese sentido, dialéctico, el marxismo supone y antecede al leninismo, y
no se trata de una "perogrullada" como dijo un pericote de biblioteca
por allí.
Que lo abarca lo hemos demostrado.
Mientras estuvo con vida Lenin ¿alguna vez alentó o permitió
o influyó para que alguno de sus camaradas de partido hablase de
"leninismo"? ¿Hay alguna mención a ese término hasta 1,924?
Un genio como Vladimir Illich Ulianov -
Lenin, dueño de una inteligencia elefantiásica donde su número de neuronas
operantes excedía en varios múltiplos al común de las personas, poseedor de una
exuberante cultura, inteligente en 6 o 7 idiomas, que conocía la filosofía, la
historia, la economía y la lucha de clases al dedillo:
¿sería incapaz de percibir cosas, sobre si mismo, sobre su papel en la
historia y en el movimiento socialista de las que sí se percata nuestro
pintoresco teórico Ibarra y su cofradía?
¿Es posible esto?
Ahora bien, la realidad de la vida, el análisis
de los hechos nos dice que el término marxismo-leninismo sí se impuso
históricamente ( !contraviniendo a Lenin después de su muerte física!) en el
seno del movimiento comunista internacional.
¿Esto como se produjo?
Ibarra nos lo dice:
"El término leninismo se
impuso en el movimiento comunista internacional, no porque respondiera al
capricho de alguien por agregar un ismo a la denominación de la doctrina del
proletariado, sino porque en el debate quedó demostrado que Lenin había
desarrollado el marxismo. Esta es la cuestión. Por tanto el término
marxismo-leninismo se impuso por su propio peso."
Ahh... esta es una cita deliciosa... regresaremos
para analizarla.
Eusebio Leyva.
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