miércoles, 7 de noviembre de 2012

POLÉMICA PALINGENÉSICA: IBARRA Y EL DESCALABRO DEL DOCTRINARISMO 3




El artículo “MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES” (Primera Parte) cuyo autor es Eduardo Ibarra ha resultado ser algo bastante parecido a lo que criollamente denominamos “cajón de sastre”.

Este artículo del señor Ibarra corre a fojas 42 y siguientes en el archivo que enviamos el día 05.11.2012 al  Foro Centenario y a otras listas de correos, el cual contiene las intervenciones en el debate hasta esa fecha y que, con el correr de las intervenciones actualizaremos en días venideros.

Tomando un poco el pulso a la discusión, cualquier observador no parcializado puede constatar como los señores Ibarra y cofradía al sentirse desenmascarados por este modesto activista de base, intentan modificar el eje de gravedad de la polémica intentando llevarla de, un debate de ideas, que es su lugar, a un torneo de injurias, acusaciones personales, insultos, provocaciones, calumnias, alusiones a nuestra pertenencia ora a un grupo rival de los “Cruzados del anti Revisionismo” ora a la policía, desafíos a una surrealista polémica con un contendor más surrealista aún y cosas de ese estilo.

Por todo esto he invocado, he hecho varios llamados a no “ensuciar el debate” y tratar de mantenerlo dentro de un cauce aceptable.

Ahora bien, uno puede entender el que “los cruzados” se sientan agredidos cuando se los expone frente a la verde realidad de la vida.  Sé que en cada ocasión que se ven expuestos a ella se sienten como gato en trance de ser aventado a un rio ó murciélago alumbrado con faro marino.

Expuestos a realidades más que evidentes la única alternativa que tienen es negarla de plano en forma descarada o hacerse los desentendidos, hablar de cualquier otra cosa, o mencionar al señor García a quien por enésima vez reitero que ni lo conozco, ni mucho menos soy parte de su grupo o tendencia o cenáculo o capilla o lo que fuere.

No gasten más su tiempo en buscarse un taparrabo.

Traten de articular alguna respuesta medianamente inteligente, pero eso de ocultarse en nuestra supuesta pertenencia a esa sociedad secreta de “revisionistas malvados” es sólo un ardid para huir el debate, para evitar contestar lo que debieran contestar. Lo peor del caso es que medio mundo se da cuenta de sus maniobras menos ustedes.

¿No tendrá algún comentario que hacer Ibarra I, por ejemplo, sobre la descomunal tergiversación que hizo de Mao en lo relativo a dónde encontrar la verdad?

¿No tendrá alguna respuesta Risso a la pregunta que le hice?

Pregunta que fue:

“SI vuestra tendencia son la personificación política del proletariado revolucionario, que ha resuelto todos los problemas teóricos, cosa que repiten hasta el cansancio”

¿“Porqué nadie os conoce fuera de los raquíticos círculos de “iniciados”?

Pero regresemos al cajoncito de sastre.

Eduardo Ibarra hace una enumeración de un conjunto de cosas que escribió hace casi 18 años atrás, en un trabajo al que tituló: 

“Tareas del proletariado revolucionario en el periodo actual”

¿Y que escribió Don Eduardo 18 años atrás?

 “Si bien el socialismo proletario ha forjado importantes instrumentos intelectuales de la revolución, en cambio no ha forjado casi sus instrumentos materiales”.

A ver, Don Eduardo, con todo respeto analicemos esta expresión suya.

¿Cuáles son esos instrumentos intelectuales?

Cabe perfectamente suponer que usted se refiere a todo el legado de los maestros del proletariado: Marx, Engels, Lenin  y Mariátegui. En síntesis al marxismo-leninismo.

Aquí viene una pregunta fundamental, y a ver si lo ayuda Santiago, Lastra, Chumpitaz y Risso:

¿Hay algo adicional a esto que pudiese no estar entre los “instrumentos intelectuales” que he enumerado?

¿Qué es lo que faltaría?

Muy probablemente me diría que nada falta o casi nada en esa esfera de los “instrumentos intelectuales” como tiene a bien denominarlos  Usted.

Pero aquí hay un pequeño pero inmenso detalle:

Los “instrumentos intelectuales” quedaron establecidos casi en su totalidad, según su modo de entender el marxismo y la relación teoría y práctica, en 1930 con Mariátegui.

Ya en esa fecha, siempre según su modo de entender las cosas, todo estaba, desde el punto de vista de la teoría revolucionaria, resuelto.

¿o no es así?

¿O algo le faltaba al marxismo-leninismo y a Mariátegui que impedía aún, que hacía prematura la revolución socialista en el Perú?

Si no es así, ¿qué cosa faltaba en el plano de la teoría revolucionaria?  

O todo ya estaba, desde la teoría revolucionaria, a punto y lo que faltaba era forjar “los instrumentos materiales”. 

EUSEBIO LEYVA

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