jun 22, 2015
Alan
Fairlie
Gato
por liebre. El Ejecutivo no necesita facultades extraordinarias para reactivar
la economía, si ese fuera en realidad el objetivo. Para ello tiene que usar la
política fiscal, monetaria y comercial. Siguen con el cuento de destrabar la
inversión, para lo que ya dieron varios paquetes antes que no funcionaron.
Metieron de contrabando la flexibilización de normas laborales y ambientales,
afectaron derechos de propiedad de las comunidades, que se están convirtiendo
en bombas de tiempo. Hoy insisten en lo mismo, a sabiendas que la inversión no
se recuperará en el corto plazo, ya que depende principalmente de otras
variables (por ejemplo del precio de las materias primas, como reciente estudio
del FMI ha demostrado). Lo piden por 120 días, tienen los titulares de las
medidas pero las irán terminando en el camino (por eso piden tanto tiempo), y
el ministro ha confesado que el “beneficiario “será principalmente el próximo
gobierno. Es decir, no tendrán efecto en el corto plazo, no reactivarán la
economía y tampoco la inversión.
Entonces ¿cuales son los verdaderos objetivos? Poner un seguro a las políticas actuales, cualquiera sea el escenario
electoral. Si gana uno de los candidatos continuistas, le hace el trabajo sucio
con medidas impopulares o costosas políticamente. SI hay una milagro (recordemos
que dios es peruano) y gana una propuesta de cambio, ponerle una camisa de
fuerza. En el medio, beneficios para grupos que se irán evidenciando cuando se
lea la letra pequeña de las propuestas. Profundización del modelo y
militarización, es la consigna. A pesar de estar con un Congreso y Ejecutivos
sumamente desprestigiados, donde cada vez más sectores piden o especulan sobre
la vacancia. Políticas fiscal, monetaria y comercial EL BCR no redujo la tasa
de interés de referencia como una política de reactivación, y ahora es
complicado por el cambio de política monetaria en EEUU y la presión al alza del
tipo de cambio. Usó casi exclusivamente la reducción de encajes y ya casi no
queda más espacio. Se “quemaron” importantes reservas internacionales para
tozudamente mantener el tipo de cambio. Muestran las cifras totales, pero la
posición de cambio se ha debilitado severamente. En un contexto de déficit en
cuenta corriente de varios puntos de PBI, salida de capitales, y desaforado
endeudamiento privado en el exterior. Como se revaluó el dólar y subió la tasa
de interés internacional, varios grupos económicos han quedado expuestos, y
para ellos prioritariamente se ha tratado de mantener el tipo de cambio
estable, aunque compliquen el resto de la economía. Los márgenes de política
monetaria son reducidos, ya el BCR no puede seguir perdiendo reservas a ese
ritmo, por eso el SOS al MEF. En este contexto funciona una política fiscal
contracíclica, ya que se tiene recursos para hacerlo. Pero el MEF no hizo su
chamba, ajustó la inversión pública, dificulta el gasto en las regiones y no ha
impulsado como se requiere la inversión en infraestructura, cuando la inversión
privada está en cero. Políticas de demanda que aumenten el poder adquisitivo
(aumento de gasto o reducción de impuestos), aumento del salario mínimo por
ejemplo. Es más, en uno de los borradores que han circulado se planteaba subir
impuestos (al diésel, pisco, automóviles) lo que motivó protesta de lobbista
empresarial, y habría sido desestimado. Los organismos internacionales le habían
dado luz verde hace un tiempo, dado la disponibilidad de recursos y el
considerable fondo de contingencia que tiene el MEF, y una situación manejable
de los indicadores macroeconómicos. Esta situación se está agravando ante la
parálisis del MEF. Se podría impulsar una agresiva campaña de compras públicas
a medianas y pequeñas empresas nacionales, pequeñas obras de mantenimiento o
creación de infraestructura a lo largo del país, que tienen efecto reactivador
como se ha demostrado en ocasiones anteriores. En vez de ello, han tomado
medidas suicidas para la producción nacional como en el caso de la agricultura,
al eliminar virtualmente la franja de precios. En los últimos años redujeron
aranceles unilateralmente favoreciendo importadores e intermediarios, pero
afectando la producción nacional y aumentando el déficit de la balanza
comercial. Están eliminando medidas antidumping a importaciones chinas. Es
decir, lo contrario a lo que hace todo país que enfrenta shocks externos, que
aplica instrumentos de política comercial que eviten daño a la industria
nacional y equilibren el sector externo. En suma, no hay mayor espacio para
política monetaria, pero sí para política fiscal y comercial. Pero, el gobierno
no las está usando a pesar de tener los recursos y no necesitar facultades
extraordinarias. Esas políticas si tendrían efecto en el corto plazo para
reactivar la economía Facultades en economía. EL gobierno pide facultades en
economía, para promover la inversión, insistiendo en el fracasado enfoque de la
tramitología. Medidas de oferta y de corte institucional, que no funcionarán en
el corto plazo. Lo saben y entonces buscan alcanzar otros objetivos. Promoción
de inversiones con ese enfoque, fortalecer marcos normativos para el tema
crediticio, supervisión de cooperativas, promoción del mecanismo público
privado y políticas para sectores como el acuícola y energético. Los objetivos
son otros, como se plantea al inicio del artículo, blindar la actual política y
modelo económicos para cualquier escenario, y el servicio a grandes grupos
económicos. Hay que poner la lupa y los parlamentarios y la prensa
independiente debería actuar de inmediato, ya que es mucho lo que está en
juego. Por ejemplo, el tema energético incluiría un tema de la interconexión
fronteriza, que como se sabe ya se da en el norte. Entonces serviríamos ahora al
vecino del sur. Que tragedia, un punto emblemático que los llevó al poder,
también sería traicionado. Los partidos que aspiran a ser gobierno, deberían
anunciar que en la eventualidad se aprueben las facultades revisarán todo lo
actuado por este régimen ya deslegitimado, que cada vez funciona menos como uno
democrático.
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