"En España todavía no hay deseo de un cambio radical"
19-06-2015
-M.H.:
Arrancamos “Fe de erratas” entrevistando a Guillermo Almeyra en torno a las
elecciones municipales en España que han dejado mucha tela para cortar.
En primer lugar en las grandes ciudades los
resultados han sido favorables a las candidaturas de unidad popular, en Madrid,
Barcelona, Zaragoza, La Coruña, Oviedo, entre otras, particularmente la
candidatura de Ada Colau en Barcelona en un hecho sin precedentes en la
historia política catalana, nos tendríamos que remontar a los tiempos de la
República.
También en el caso de Madrid, la capital española,
la apelación al voto socialista del PSOE dio resultado, de todos modos, hay una
situación que quiero que analicemos porque, por otro lado, si sumamos los
porcentajes de los viejos partidos del régimen y los votos de Ciudadanos, suman
casi un 60% a favor del régimen político vigente actualmente en España, y si
estos porcentajes los trasladamos a las elecciones de fin de año, estos
sectores tendrían entre el 60/70% de los votos. De allí mi duda de cómo
interpretar estos resultados.
-G.A.: Es un fenómeno importante de comienzo de un cambio,
pero todavía no es un cambio porque el Partido Popular (PP) perdió más de
2.000.000 de electores, pero sigue siendo el primer partido y son descendientes
del franquismo. El PSOE que fue su aliado permanente y comparte la política
neoliberal con el PP también perdió casi 2.000.000 de votos, pero sigue siendo
el segundo partido.
Hubo un desarrollo de sectores que no estaban en el
tradicional panorama político español como Ciudadanos de centro-derecha y Podemos
de centro-izquierda, pero no alcanzan a cambiarlo decisivamente. Además, ellos
mismos declaran, como es el caso de Podemos, que nadie debe asustarse, por lo
tanto, tampoco el capitalismo porque lo que quieren es una política más
democrática y de reformas.
M.H.: Anticorrupción.
-G.A.: Esencialmente, pero nada más. De todos modos, el
régimen ha perdido el control de las principales ciudades, eso es importante
porque como el hambre viene comiendo, en las próximas elecciones es probable
que sea todavía más aplastante el triunfo de los recién llegados, sobre todo de
Podemos, en esas ciudades.
No obstante, siguen planteados todos los problemas,
no hay una verdadera alternativa al capitalismo, Podemos no es eso, incluso uno
de sus dirigentes, Monedero, cuando renunció a la dirección y se puso como
simple militante, esbozó una crítica bastante clara en ese sentido.
Hay un intento de Pablo Iglesias, dirigente de
Podemos, de ganar nuevos votos, pero por los sectores de centro y derecha,
cuando visita al Rey, hace acuerdos con la Iglesia, no festeja el día de la
República y actitudes por el estilo.
Todavía el deseo de cambio en España no es de un
cambio radical porque va unido con elementos sumamente conservadores en el
pueblo español, no en la totalidad, pero sí en la mayoría que se expresa, entre
otras cosas, en el racismo contra los inmigrantes.
En el país vasco y en Cataluña hay un odio
difundido contra la monarquía
-M.H.: Por otro lado, prácticamente desapareció del
mapa político Izquierda Unida (IU) y el Bildu, la izquierda vasca, perdió su
baluarte en San Sebastián y también en Bilbao.
-G.A.: En efecto. En IU hubo un trasvasamiento de votos
hacia Podemos. En cuanto al Bildu y al nacionalismo de izquierda vasco, pasó a
una posición nacionalista porque la mayoría lo son, tanto en el País Vasco como
en Navarra, pero más moderada. De todos modos, eso no refuerza al gobierno, es
decir, tanto en el País Vasco como en Cataluña, hay un odio difundido contra la
monarquía y al régimen central español, que se expresó incluso en el partido
entre Barcelona y el Atlético de Bilbao en la disputa de la Copa del Rey, donde
la totalidad de los espectadores vascos y catalanes silbaron al Rey y al himno
español.
-M.H.: ¿Cómo vio el triunfo de Ada Colau, la
activista social contra los desahucios, contra el desalojo de las viviendas
hipotecadas por los bancos?
-G.A.: En Barcelona donde hace rato hay un movimiento no
anticapitalista pero plebeyo, de odio a la corrupción, a la política
centralista de una monarquía absolutamente corrupta, cada uno de sus
integrantes y tradicionalmente, como es la de los Borbones.
Ada Colau es la expresión de un movimiento juvenil
mucho más que la jueza Carmona que ganó en Madrid, una ciudad española y más
conservadora pero, de todos modos, lo importante es que en ambas ciudades, los
votos de Podemos son de sectores muy populares y obreros como se ve al analizar
los resultados en los barrios populares y periféricos. Lo cual quiere decir que
hay un comienzo de separación clasista, aunque no consciente todavía,
recuperando los tiempos anteriores a la República y también reaparece esa
aspiración cuando en cada manifestación contra el gobierno ondean las banderas
republicanas.
Un partido como el PRI que gobierna con tan bajo
porcentaje de votos no tiene legitimidad
-M.H.: Un tema que nos quedó pendiente fueron las
elecciones legislativas en México, tema al que usted ha dedicado varios
artículos en los últimos tiempos. En Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán,
Policía Federal, Ejército y Marina debieron proteger los comicios. Las
elecciones se llevaron a cabo en estos estados en situación de militarización
con el objetivo de impedir el llamado al boicot electoral promovido por el
Movimiento Popular Guerrerense y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación. ¿Qué nos puede comentar al respecto?
-G.A.: Las elecciones mexicanas en cualquier otro país
estarían en nulidad absoluta. El país está absolutamente militarizado, sigue
sin resolverse ni uno solo de los asesinatos y desapariciones que se hicieron
con complicidad de las autoridades públicas y del Ejército. El mismo día de las
elecciones se realizaron detenciones y asesinatos selectivos, preparados, por
parte del Ejército. Mataron a un profesor en Tlalpan, Guerrero, sabiendo que se
oponía a las elecciones. El fraude no consiste solamente en lo normal para el
PRI, como comprar votos y cambiar las actas, cosa que se hizo, sino
esencialmente en que no hay un estado de derecho y en esas condiciones no se
pueden hacer elecciones en ningún lado.
-M.H.: ¿Cuáles son los guarismos reales de estas
elecciones?
-G.A.: A escala nacional, teniendo en cuenta que los
estados son muy diferentes, la abstención fue lo principal, llegó al 51%, a lo
que se le suma un 5% de votos nulos y un 10% de votos en blanco. La gente que
votó por los partidos es una minoría que oscila en torno al 40%. Es decir, los
partidos triunfantes no representan nada más que un 30/40%, un 12% como es el
caso del PRI. Lo que la prensa de la Argentina se olvida, inclusive la
oficialista, es que el PRI ganó pero se perdieron muchísimos votos y un partido
que gobierna con tan bajo porcentaje no tiene legitimidad.
-M.H.: Llama la atención el surgimiento de algunos
candidatos independientes, por ejemplo, el jugador de fútbol Cuauhtemoc Blanco,
que bajo la sigla de un partido local ganó la alcaldía en Cuernavaca y aparecen
otros casos.
-G.A.: Cuauhtemoc Blanco es un hombre de derecha, pero lo
votaron quienes no querían votar al PRI. En Nueva León, el caso más notable,
siendo el estado con más trabajadores y con la burguesía más rica en México,
ganó Jaime Rodríguez que dice que va a meter en la cárcel a los gobernantes
anteriores que están en procesos por corrupción.
La insatisfacción se manifestó de muchas formas, la
más marcada fue la del boicot en Guerrero y Oaxaca organizada por los maestros,
los padres de los desaparecidos, con luchas y el apoyo popular, pero hubo otras
formas como el voto nulo. Inclusive en algunos lugares, donde no había lucha
social, con el voto a determinados candidatos del partido de López Obrador,
Morena, que es un partido puramente electoralista pero que en algunos lugares
lo integra la gente que dirige las luchas locales.
-M.H.: Según los datos del Instituto electoral
nacional, el boicot impidió la instalación de 603 casillas, la más alta en
muchos años. Otra elección fue la turca, donde si bien ganó el partido oficial,
lo hace con un 40.8% que no le da la mayoría necesaria para imponer el cambio
constitucional y la novedad es la aparición de un partido pro kurdo que saca un
13.1% accediendo a 79 escaños en el Parlamento turco. ¿Qué información tiene
usted al respecto?
-G.A.: Eso es importantísimo porque los kurdos no son ni
reconocidos como tales por el Estado, ni siquiera tienen legítimamente la
posibilidad de hablar en su lengua y son más de 10 millones. Hay una lucha
incluso militar contra parte del partido kurdo, el ejército los ha estado
combatiendo y ahora han tenido que reconocer por primera vez esta importancia
en el Parlamento y será decisivo entre las diversas fuerzas capitalistas,
porque podrán oscilar con sus votos hacia un lado o hacia otro condicionando la
política turca y sacándola del campo que quería Erdogan que era puramente
religioso.
-M.H.: Un
partido pro kurdo pero que trasciende a la primera minoría étnica del país
porque defiende los derechos de otras minorías étnicas, políticas, religiosas,
sexuales e ideológicas tradicionalmente marginadas por el islamismo y que
sorprendió porque en Estambul se convirtió en la tercera fuerza política. Esto
ratifica lo que estabas señalando.
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