De
verdad que da curiosidad en saber cómo le iría a la izquierda peruana si le
hace caso a las recomendaciones del politólogo Steven Levitsky en su artículo Una nueva izquierda. Pero sería un experimento
muy caro. Ahora esta autoridad de la National Endowment for Democracy
diseña ingenierilmente la izquierda de sus sueños.
Veamos:
“El viejo discurso anticapitalista y
antiimperialista no gana elecciones en el Perú (los peruanos mayoritariamente
apoyan al libre comercio y la inversión extranjera), pero la izquierda no tiene
que ser anticapitalista. La izquierda es redistributiva. Busca utilizar al
Estado para reducir la desigualdad.”
Para
comenzar es totalmente falso que “los peruanos mayoritariamente apoyan al libre
comercio y la inversión extranjera”. Eso será lo que dicen las encuestas que
hacen los politólogos, pero a la hora de las Congas y Tías Marías el rechazo en
el Perú a esa “inversión” es mayoritario, con movilización más. Lo mismo ocurre
con “el libre comercio”. ¿O no se acuerdan del baguazo y la gran protesta
amazónica de 2009 y cómo el gobierno de García vendía que se necesitaban leyes
de la selva para el TLC con los EEUU? De hecho, previo a la firma del TLC
diversas organizaciones recolectaron firmas para que se haga un referéndum y el
JNE lo rechazó. De haberse hecho ese referéndum se exponían a un rotundo rechazo
electoral al TLC.
Segundo,
el discurso anticapitalista y antimperialista no ha sido usado por ninguna
fuerza política en el Perú en ninguna elección reciente. Quien tuvo ramalazos
de usarlo fue Ollanta Humala en el 2006 y le fue mucho mejor que a toda la izquierda.
Cuando en Ayacucho se supo que venían tropas de los EEUU, Humala encabezó el
rechazo social, obligando al gobierno a dar marcha atrás. No es que el
antiimperialismo sea una bandera que no prenda en la gente. Lo que ocurre es
que a través de sus movidas y comidas de coco la embajada logra neutralizar
todas las posibles expresiones antimperialistas. Si hasta Verónika Mendoza votó
a favor a la presencia militar de los EEUU en el Perú. Si el tronco de los
intelectuales de Tierra y Libertad, el grupo Propuesta Ciudadana, es financiado
por USAID. No sorprende que las banderas antimperialistas hayan desaparecido.
Es
curioso que en la página siguiente del artículo de Levitsky, salga el artículo
de la periodista Claudia Cisneros “El capitalismo como objeto de culto” en
relación a la matanza de Bagua y la imposición de regímenes pro-inversión. Dice
Cisneros “Eso es aceptar el capitalismo, no como una posibilidad de desarrollo,
sino como un objeto de culto que se pretende imponer. Es la violencia bajo el
disfraz de la inversión.”
Que
la izquierda sea redistributiva no quiere decir que no sea cuestionadora del
capitalismo y sus contradicciones. Levitsky escribe como si el capitalismo
fuera un sistema incuestionable al cual haya que defender. Por favor.
Luego
Levitsky plantea tres cambios:
- jubilar a la vieja guardia,
- abandonar símbolos como la bandera roja y el puño en alto, y
- dejar de lado a los obreros y campesinos, inexistentes y pocos, respectivamente, y dirigirse a la clase media baja. En el Perú “la mayoría dejó de ser pobre”.
Ayayay.
Lo
único de sensato y obvio es jubilar a la vieja guardia, que efectivamente
fracasó (aunque esto tendría que hacerse con menos desdén y aprendiendo también
de ésta). Lo de los símbolos es francamente accesorio. Hace tiempo que la
izquierda no usa la bandera roja. La bandera ahora es verde (TyL). Y hasta el
MOVADEF tiene una bandera azul.
El
tema de fondo aquí es a qué sectores se orienta la izquierda y qué programa va
a levantar.
“Un discurso enfocado exclusivamente en los costos
del neoliberalismo, y que no ofrece nada a los que se beneficiaron del boom
pero que aspiran a más (más seguridad económica y física, más participación,
más justicia, más y mejores servicios públicos) gana pocos votos en los
sectores populares urbanos. Y sin los sectores populares urbanos, la izquierda
no va a ningún lado.”
dice
Levitsky.
Antes
de analizar la visión de la realidad peruana de Levistsky digamos que si el
programa de la izquierda va a ser continuar el neoliberalismo con ajustes, la
estrategia de Levitsky es la correcta. Si el programa de la izquierda va a ser
desmontar el neoliberalismo, la estrategia de Levitsky es más de lo mismo.
Señores
y señoras, en el Perú el neoliberalismo ha podido continuar gracias a políticos
que engañan al pueblo, que prometen que lo van a desmontar y que lo continúan.
Lo que ha pasado con Humala, su volteada, puede volver a pasar ahora con
partidos que se llaman de “izquierda”, que aprovechen la coyuntura favorable de
cambios para prometerlos y luego voltearse.
A
alguna izquierda tal vez le pueda ir bien electoralmente; el problema es qué
pasa cuando llegue al gobierno. ¿Vamos a tener otra vez a gente como Yehude
Simon y Salomón Lerner, premieres de García y Humala respectivamente, haciendo
continuismo y llegando a reprimir al pueblo como ocurrió en Amazonas y
Cajamarca? ¿Serán caras nuevas como Glave, Tejada y Mendoza las que ocupen ese
lugar? ¿Represión “justificada” tipo La Parada, pero a nivel nacional?
La
visión del Perú de Levitsky no difiere del discurso oficial: ya no hay obreros,
ya no hay campesinos, harta clase media, la mayoría no es pobre, “el
neoliberalismo ha cumplido sus promesas” (Vergara). Lo que ocurre es que la
procesión va por dentro. Los asalariados (buena parte de ellos considerados como
“clase media”) han sido totalmente obviados e invisibilizados y su descontento
por salarios estancados o creciendo lento y su precariedad laboral es
manifiesta. La movilización contra la “ley Pulpín” demostró cuán sentidos eran
los reclamos en este sector social. Sí hay obreros, si hay empleados
explotados. El canto de sirena de darles la espalda para apoyar a los
empresarios no es nada nuevo. Lleva ya tres décadas y ha fracasado.
Sobre
los campesinos, que son pocos. Serán pues pocos, pero ¿quiénes son los que se
movilizaron más activamente en la mayores protestas sociales de los últimos
años? ¿Quiénes se movilizan para proteger las lagunas de la megaminera
Yanacocha? ¿Quiénes están sufriendo la represión ahora en el Valle del Tambo?
¿Qué son los aymaras que marcharon sobre Puno en 2011? Serán pocos, pero
muchísima gente los apoya.
Para
la izquierda histórica no es nada nuevo hacer frentes sociales pluriclasistas
en que se incluyan a las clases medias. Se los han hecho con mucho éxito en
diversos países, incluso en el Perú. Nadie ha pensado que en un país de baja
salarización relativa como el Perú los cambios sociales sólo lo van a hacer los
obreros. El tema es qué programa tiene ese gran frente. Lo que plantea Levitsky
so pretexto de renovacion es más de lo mismo: neoliberalismo y más
neoliberalismo. Es decirle a la izquierda: “ustedes ya perdieron; tienen que
dejar de ser lo que son”.
Como
para desconfiar. ¿Por qué tanta gente que NO es de izquierda está tan
interesada en darle “línea” a la izquierda? Y la respuesta está en que la única
forma de garantizar el continuismo neoliberal es adulterar a las fuerzas que
buscan un cambio.
Fuente: http://grancomboclub.com/2015/06/una-nueva-izquierda-continuista-del-neoliberalismo-en-el-peru.html
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