Por Germinal Vidal - Kaosenlared
Las ganancias de las empresas crecieron más de un
24 % en los dos últimos años, mientras que la retribución media no solo no
mejoró, sino que cayó un 0,3 %.
Se disparan los beneficios y caen los salarios
La desigualdad crece y muestra que la larga
recesión iniciada en 2007 y que empezó a revertirse en 2014 ha servido para
enriquecer a los propietarios de los medios de producción, principalmente a la
banca y las grandes empresas, a costa de aquellos que están obligados a
venderles su fuerza de trabajo para sobrevivir, los asalariados. A ello
han contribuido las sucesivas reformas laborales que han creado las
condiciones de precariedad laboral y salarial deseadas por la patronal, y la
política pactista y desmovilizadora de CCOO y UGT, aceptando el discurso
empresarial de la necesaria “moderación salarial” para mantener y crear
empleo que sólo sirve para aumentar la tasa de explotación de los
asalariados.
En esa situación algunos sectores empresariales y
la ministra de Trabajo, como fiel representante de sus intereses, han empezado
a levantar el discurso de que convendría un incremento de los
salarios que permita recuperar, aunque sólo fuera en parte, el poder
adquisitivo perdido.
Hasta el momento la CEOE se había
resistido a ese aumento, alegando que la situación de las empresas todavía
no era lo bastante buena para ello. Pero la enorme caída de los salarios
de estos años, inevitablemente está repercutiendo en el consumo, en la
reactivación económica y en los ingresos del Estado, por lo que la ministra de
Trabajo ha empezado a pedir a las empresas “generosidad para elevar las
nóminas con el mismo vigor con el que se crea empleo“.
Evolución de los beneficios empresariales y de los
salarios entre 2003 y 2016
Y es que, según los datos de la Central de Balances
del Banco de España, durante el primer trimestre del año los beneficios
de las empresas se incrementaron casi un 11 %, cien
veces más que la subida de la nómina media por trabajador, que solo creció un
0,1 %. Continúa así una tendencia que ya se apreciaba en los dos años
anteriores (ver gráfico anterior). De acuerdo con la estadística del Banco de
España, las ganancias de las empresas crecieron un 24’7 % en 2016,
mientras que la retribución media cayó un 0,3 %.
En la misma línea que el Banco de España apuntan
los datos de la contabilidad nacional que ofrece el Instituto Nacional de
Estadística, que señala que la remuneración media por empleado subió un 0,4 %
en el primer trimestre del año mientras que el excedente bruto de
explotación (donde se integran las rentas del capital, entre ellas el
beneficio empresarial) se disparó un 5,3 %.
De hecho, si se compara con la situación previa a
la crisis, se aprecia que los salarios tienen un peso cada vez menor en la
economía española. La nómina total de los trabajadores por cuenta ajena
fue el año pasado 33.600 millones de euros inferior a la percibida en el 2008. Mientras,
el beneficio empresarial no solo no ha caído, sino que ya está por encima de
los valores precrisis, al incrementarse en 7.850 millones.
Por otra parte, si atendemos a los datos del Índice
de Precios de Trabajo (IPT), publicado por el Instituto Nacional de Estadística
(ver gráfico inferior), los trabajadores han perdido más de un 11% de poder
de compra durante la crisis, por el doble efecto de una caída de sus
salarios y, a la vez, la subida de la inflación. El salario por hora se
redujo un 0,7% entre 2008 y 2014, coincidiendo con los años de crisis
económica. En ese periodo, el Índice de Precios de Consumo (IPC) creció un
10,7% (ó un 8,7% en promedio anual). La estadística refleja que los precios del
trabajo, medidos en salario por hora, estaban en 2014 por debajo del año base
de la estadística, 2008. Esto significa que el nivel salarial actual es
inferior al existente en el año que arrancó la crisis.
Es cierto que las empresas españolas han aumentado
sus gastos de personal (un 2,3 % en el 2015 y un 0,9 % el año pasado), pero eso
se debe al incremento de las plantillas, ya que se ha
priorizado la contratación sobre la mejora de las condiciones de los
trabajadores.
Evolución del Índice de Precios de Trabajo
2008-2014
¿Recuperación del poder adquisitivo perdido?
Tras el mensaje directo del Gobierno («Es momento
de que los salarios se correspondan con la creación de 500.000 empleos al año»,
dijo la ministra Báñez), las dos grandes patronales empezaron a dar señales que
apuntan hacia el deshielo del acuerdo para la negociación colectiva. Así, el
presidente de la CEOE, Juan Rosell, que hasta ahora se había
mostrado inflexible respecto a la última propuesta remitida a los sindicatos
(que consistía en una horquilla de incremento entre el 1 y el 2,5 %), abrió
ayer la puerta a superar esos topes en el caso de las nóminas más bajas. «Quizá
ha llegado el momento de hacer planteamientos distintos para los salarios muy
bajos y los no tan bajos», apuntó en una entrevista radiofónica, en la que
reconoció que «es muy difícil» llegar a fin de mes con 800 euros.
Por su parte, el presidente de Cepyme, Antonio
Garamendi (reelegido en el cargo), deslizó que el mínimo fijado para la subida podría
revisarse hasta el 1,2 %, aunque recordó que «el 50 % de las empresas todavía
presentan pérdidas o están compensándolas».
De todos modos, desde el punto de vista de los
trabajadores, no hay que echar las campanas al vuelo: la propuesta
patronal, flexible y adaptada a las empresas, no es la de un aumento
generalizado ni suficiente para recuperar el poder adquisitivo de los salarios
de manera significativa. Y la disposición de CCOO y UGT, tan
aficionados al pacto a la baja, no es la de cambiar su línea de acción. Porque,
sin organización y movilización amplia y sostenida de la clase
trabajadora, la patronal no renunciará a reducir sus cuantiosos beneficios a
cambio de una mejora de los salarios y las condiciones de trabajo. Y eso
dependerá, en todo caso, de la capacidad movilizadora del sindicalismo
alternativo y de la indignación traducida en organización y lucha de
algunos sectores y colectivos de asalariados rompiendo con la
dinámica desmovilizadora de los últimos años (ver gráfico inferior sobre la
evolución de las huelgas).
Evolución de las huelgas y cierres patronales
(1986-2016)
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