Por
Gustavo Espinoza M. (*)
Una
tras otra las noticias de suceden en el Perú de hoy.
Ayer
tarde, en el Congreso de la República, la ficticia “mayoría
parlamentaria” aprobó –por enésima vez- una resolución contra
Venezuela. Lo nuevo, en el caso, fue que ahora, incluyó un “acuerdo” planteando
la expulsión del país el embajador de la República Bolivariana, el Almirante
Diego Molero, una de las más descollantes figuras de la diplomacia acreditada
ante nuestro país.
El
planteo es tan ridículo que hasta el ex Canciller del fujimorismo
Francisco Tudela, se vio forzado a tomar distancia de él, y decir textualmente
en una entrevista publicada en “Perú 21” hoy: “no veo razón
para expulsar al embajador venezolano en el Perú. Es un embajador que no ha
cometido ninguna inconducta. Si bien representa a un régimen que le es
antipático al Perú, en el mundo hay muchos regímenes diferentes, y
la diplomacia, justamente, busca mantener las relaciones diplomáticas a
pesar de las grandes diferencias. Estados Unidos nunc a expulsò al embajador de
la Unión Soviética durante la Guerra Fría”.
Lucida
declaración sin duda que no solamente pone las cosas en su sitio, sino
que, además, arroja un balde de agua fría sobre la cabeza caliente de Mulder,
Alcorta, García Belaunde, Becerrill y hasta Aldo M.; empeñados todos, en tender
un abismo entre el pueblo peruano y la Patria de Bolívar, sin reparar ni en los
hechos, ni en la historia.
La “Prensa
Grande” ya no sabe qué decir en torno a los sucesos de Venezuela. Y
ahora no trepida en denigrar al Presidente Nicolás Maduro por su enérgica
condena a la agresiva actitud del gobierno peruano, empeñado en
celebrar una junta de Cancilleres de la región al margen de la OEA para
intervenir descaradamente en los asuntos internos de un país
independiente y soberano, trapeando el piso con la Doctrina Porras que normaba
el escrupuloso respecto a los principios de Libre Determinación de los Pueblos
y la No Injerencia en los Asuntos Internos de los Estados.
Maduro
ha contado una anécdota de la que deben haber testigos: una declaración de PPK
ante un grupo de Jefes de Estado de distintos países de la región. Es
perfectamente posible que haciendo uso de su fino “humor inglés” tan
poco entendido en nuestros lares, el mandatario peruano se haya
proclamado “Yanqui” a secas, ante un
sorprendido auditorio de Jefes de Estado en un informal encuentro.
Esas
muestras de ironía, que los peruanos no acabamos de comprender, probablemente
tampoco lo fueron por los interlocutores de ocasión, que no suelen usar
formulas británicas de ese corte, en sus encuentros.
En
el debate en el Hemiciclo de la antigua Cámara de Diputados –que felizmente no
en el Senado de la República, hoy bautizado precisamente como “Raúl
Porras Barrenechea Barrenechea”, en homenaje al Canciller de la
Dignidad-; se dijeron muchos disparates, pero nadie se atrevió a cuestionar el
hecho que los gobiernos de la Patria de Bolívar, desde 1990 a la fecha, no
hicieron sino tender la mano al pueblo peruano en cuanta ocasión les fue
posible hacerlo. Pruebas al canto: el terremoto del 2007 en Pisco, y los
llamados “desastres naturales” entre febrero y abril de este año.
Un
segundo elemento que hace luces sobre la conducta del régimen de PPK tiene que
ver con los conflictos sociales. Ni en el Mensaje Presidencial de Fiestas
Patrias; ni antes de él, ni después, el Jefe de Estado peruano dijo una
sola palabra respecto a los maestros, a los médicos, a los trabajadores mineros
en conflicto. En cambio dijo muchas, si, en respaldo a los venezolanos
que llegan al Perú por diversos motivos. A ellos, además de saludos, les
ofreció visas, educación, salud, trabajo y otras bondades oficiales, de las que
no gozan los peruanos.
Podemos
recordar que hasta hoy –al margen de la estructura sindical formal- más de 90
mil profesores de 11 regiones del país están en huelga; que cerca de 100 mil
médicos también lo están; y que los índices desempleo y sub empleo en Lima y el
resto del país, se han incrementado de acuerdo a los indicadores oficiales, en
lo que va de los últimos doce meses; para no hablar ya de la informalidad que
agobia a casi el 90% de la mano de obra empleada en el país, y expresión de lo
cual fue la horrenda muerte de los chicos en la Galería Nicolini –en
Las Malvinas- en el pasado reciente.
Puede
ser considerado un gesto positivo el que se adelantara el aumento de los
maestros a 2,000 soles; pero ¿por qué no se discutió eso con los maestros en
huelga? Tomar acuerdos a espaldas de las masas, y tratar de imponerlos
por la fuerza del mensaje mediático, no sólo es contraproducente, sino además
inútil.
Finalmente
ocurrieron dos hechos en paralelo: mientras por un lado de confirmó
la entrega de gruesas sumas de dinero por parte de Odebrecht a en beneficio de
la campaña electoral de Keiko Fujimori, sin que nadie chistara en torno al
tema; la Sala de Apelaciones desestimó el pedido de Ollanta Humala y Nadine
Heredia para continuar su juicio en libertad.
Independientemente
de cargos y de acusaciones que aún no se ha presentado; lo que salta a la vista
es la doble moral de la clase dominante. A don Ramón Castilla se le atribuye
una frase que pinta de cuerpo entero este fenómeno: “Para mis
amigos, todo; para mis enemigos, la ley”. Pues bien, lo que se
busca, es darle a Keiko todo; y a aplicarle a los Humala la ley sin la menor
consideración.
Desde
un inicio se le advirtió a Humala cuán insensato era hacerle mimos a la derecha
más reaccionaria y al Imperio. No por eso -le dijimos- te
habrán de perdonar. Te la tienen jurada, porque osaste ganarles el 2011, y les
diste el susto de sus vidas cuando recordaste la memoria de Velasco. Se van a
vengar de ti y no van a parar hasta el fin. La vida lo
confirma.
El
laberinto de hoy, en el Perú entonces, tiene sus bemoles. Pero él, nos obliga a
no arrear banderas.
Esta
es una lucha que no tiene partidos, que debe unir a todos los peruanos;
porque encarna la lucha por la dignidad y la justicia; que se nutre con la
sangre de nuestros héroes y nuestros libertadores: que se proyecta hacia
un mundo futuro construido es base a esfuerzo y sacrificio; y que tiene
una razón my alta para triunfar: la vida (fin)
(*)
Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera. http:// nuestrabandera.lamula.pe
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