Wilder A. Sánchez Sánchez
Hay algo que casi todo el mundo desconoce porque
muy pocos han escrito sobre ello y la gran mayoría de medios de comunicación no
lo han dado a conocer ni lo anuncian ni en noticias; sin embargo, tiene
muchísima trascendencia porque constituye el germen de la sociedad que el
extinto Presidente Hugo Rafael Chávez Frías definió como socialismo del siglo
XXI y que habrá de sustituir a la actual sociedad capitalista en
Venezuela. Ese “algo” del que casi no se habla son los consejos
comunales y las comunas.
En esta serie de mensajes se irán difundiendo
algunos de los pocos artículos y noticias al respecto. Hoy comenzamos por
un artículo o reportaje de Mario Vallejo, publicado hace casi 4 años y medio en
la página web de Radio Televisión Española (RTVE). ¿Quiénes los
conforman, en qué consisten, cómo funcionan y de qué se encargan los consejos
comunales y las comunas? Mario Vallejo da respuesta a estas interrogantes
acerca de estas máximas expresiones de poder popular y embriones de socialismo
(aunque a la fecha existen muchas más que las que señalaba el autor a inicios
de marzo del 2013).
Quienes consideran que en Venezuela existe una
dictadura (incluyendo políticos de ciertas organizaciones de izquierda),
debieran leer el artículo de Vallejo para que comprendan que en ese país se
están dando formas de democracia y poder popular que superan con creces los
estrechos marcos de la democracia burguesa.
Los consejos comunales, las comunas y otras formas
de democracia, de poder popular y de células de la nueva sociedad en
construcción no están consagradas en la Constitución venezolana actual, que
data de 1999, pues han ido surgiendo mucho después, por lo que es muy
previsible que la Asamblea Nacional Constituyente los incorpore como pilar
fundamental del Estado y de la sociedad en la nueva Constitución, que comenzará
a ser redactada desde este lunes 28 de agosto. Esto explica en parte la
desesperación y la furia que ha desatado la ANC en el imperialismo y las
oligarquías latinoamericanas, y la arremetida contra el proceso sociopolítico
en ese país, recurriendo al desabastecimiento de productos básicos, barricadas
en las calles, asesinatos, acciones terroristas, ataques paramilitares a la
Fuerza Armada, presiones “diplomáticas” y expulsiones, amenazas de intervención
militar extranjera y últimamente el bloqueo financiero que acaba de dictar
Donald Trump, con el que pretende el colapso de la economía, la crisis
humanitaria y el pretexto para una intervención internacional supuestamente
“humanitaria”.
Después del referido artículo se transcribe una
noticia que da cuenta cuáles son las 21 comisiones de la Asamblea Nacional Constituyente
y un artículo de Iván Padilla Bravo, ambos publicados en la web venezolana Aporrea.
28.8.2017
El 'poder popular' de Venezuela: las comunas que
buscan el socialismo más allá de Chávez
· Unas 250 colectividades muy organizadas son un pilar
de la revolución
· Asumen la gestión de servicios básicos sobre
principios de sostenibilidad
· La descentralización se enfrenta a resistencias en
el estado tradicional
05.03.2013 | actualización 03h40
MARIO VALLEJO
El proceso revolucionario liderado
por Hugo
Chávez tiene su pilar más fuerte en las comunas, una
forma de democracia directa a nivel local que financia el estado y que,
independientemente del nuevo escenario tras el fallecimiento del presidente de
Venezuela, pueden representar un papel clave en la política del país.
Las comunas, organizaciones de vecinos bastante
desarrolladas y que han asumido servicios básicos, son la
mayor expresión del famoso socialismo del
siglo XXI que ha predicado el presidente venezolano desde que llegó al poder a finales de los años 90.
Pero su desarrollo, contemplado en diversas leyes,
es lento -como suele ocurrir en cualquier proyecto de democracia directa, en el
que cuenta la opinión de todas las personas-. De hecho, nada más ganar las
elecciones presidenciales de octubre, Chávez criticó
públicamente a su gabinete por no haber impulsado suficiente ese modelo.
“Comuna o nada, o si no, ¿qué es lo que hacemos aquí?”, se preguntó durante un
consejo de ministros en el que encargó a su delfín Nicolás
Maduro impulsar el “poder popular”.
““Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría
mi vida”“
“Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría
mi vida”, le dijo en directo en la reunión televisada. Y eso que,
paradójicamente, el desarrollo de las comunas debe restar peso
a las estructuras tradicionales del estado y al propio líder.
Aunque hay un ministerio propio para ese fin
(Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social), la
iniciativa corresponde obviamente a la sociedad.
Las comunas,
esencia del poder popular
La forma más básica son los consejos comunales,
asambleas de barrio en la que los vecinos se unen no solo para hacer
reivindicaciones, sino para llevar a la práctica algunas de ellas. De esta
forma, y más allá del simple apoyo mutuo, los colectivos crean desde
bibliotecas o centros sociales, hasta proyectos complejos, como un ambulatorio.
Para ello evalúan las necesidades propias, se organizan en comisiones de
trabajo, presentan un proyecto y, si es “sostenible” y el
beneficio revierte en la comunidad, este recibe financiación del
estado [documento oficial sobre el procedimiento, en pdf].
Y es algo que va más allá del cooperativismo, la
forma de producción más social dentro del capitalismo y que se favoreció mucho
en Venezuela hasta 2008. “Las empresas que se generan son parte de la misma comunidad,
no solo del grupito que las fomenta”, explica a RTVE.es el geógrafo
venezolano Hernán Zamora.
“Tradicionalmente se seguía este esquema: me reúno,
planifico y pido al gobierno que haga las infraestructuras. Con este sistema es
diferente: me organizo para identificar necesidades y veo cómo, desde la
actividad productiva, me incorporo a la resolución de esas necesidades”,
explica el experto, que usa la primera persona del singular para destacar
el protagonismo de todos los participantes.
El siguiente ámbito territorial del poder popular
es la comuna, de las que hay unas 250 en todo el país. En cada una se reúnen
voceros (portavoces) elegidos por los consejos comunales de cada barrio junto a
otros colectivos (asociaciones culturales, deportivas, gremiales...) de ese
territorio, normalmente una ciudad pequeña o una zona de una ciudad grande.
Un proyecto
ejemplar: Ataroa
Es el caso de la comuna Ataroa, que reúne a medio
centenar de consejos comunales del sur de Barquisimeto (la cuarta ciudad más
grande de Venezuela) y otros tantos colectivos sociales, y donde, entre
otras pequeñas empresas, se ha formado una de ladrillos (bloquera)
que provee de material a las obras que se hacen en esos barrios.
Otros proyectos no entran en el terreno productivo,
pero no son menos ambiciosos. Por ejemplo, la
comuna ha asumido la gestión de un sistema de transporte urbano con ocho
autobuses, o la de una televisión, Lara TV, en la que
participa Gerardo Rojas, que explica a RTVE.es su trayectoria política hasta
llegar a formar parte del Parlamento de Ataroa en nombre de ese colectivo.
Empezó a manifestarse cuando estudiaba secundaria a
finales de los 80, en un momento de gran represión en el país (Caracazo)
y de políticas liberales “que tenían al límite a la población”. Entonces montó
una biblioteca con otros compañeros en su barrio, La Carusieña, donde había
tradición de organización social, y el proyecto deriva en la creación de una
radio comunitaria que, a finales de los 90, impulsa el debate ciudadano que
Chávez plantea cuando llega al poder y plantea la redacción de una nueva
constitución.
Desde entonces, la organización social "ha
crecido en paralelo” al Gobierno socialista y “algunas
comunidades han transformado totalmente su vida”,
explica Rojas, que apela también a una “dinámica histórica en la que la gente
resuelve naturalmente sus problemas”. Con todo, la experiencia no ha estado
exenta de problemas internos y externos, pugnas por acaparar cierto poder,
burocracia, y conflicto con otras instituciones del Estado.
El estado Lara, al que pertenece Barquisimeto, está
gobernado por un exchavista, Henri Falcón. Desde las filas de la oposición, el
rechazo al modelo es cada vez mayor. “Es importante que el país sepa que las
comunas no son el pueblo organizado, sino mecanismos para que un partido
político controle la vida de todo nuestro pueblo; y eso es ilegal”, dijo hace
poco el excandidato presidencial Henrique Capriles. Sin embargo, la
organización en consejos comunales es habitual también en barrios opositores.
En total, el Consejo Federal de Gobierno destina entre
un 18 y 25% del PIB, procedente de los ingresos por el petróleo,
a las iniciativas de sociedad civil, organizada en consejos comunales o a
través de las instituciones tradicionales (alcaldías) y gobernaciones.
Con todo, en el hipotético caso de que la oposición
se hiciera con el poder, el sistema no sería fácilmente reversible: más allá de
derogar numerosas leyes, y de enfrentarse
a unas comunidades muy politizadas, estaría el problema de la gestión de los
servicios que estas han asumido y que el estado nunca había prestado allí. No
en vano, algunas de estas personas no tenían ni carné identidad (ciudadanía) ni
derechos de ningún tipo, ni siquiera educación.
"Yo no veo inviable la consolidación del
estado comunal, pero sin duda alguna que es un poco
difícil porque son procesos que no se decretan.
Lo que seguro que va a haber es un gran esfuerzo para que esa meta se logre y,
si no se logra, por lo menos se va aproximando”, ha dicho a Efe el politólogo
Nicmer Evans, quien también alude al sitema como un "procedimiento
generado naturalmente" por la tradición organizativa de la ciudadanía
venezolana.
Las complejas
relaciones institucionales
Para evitar duplicidades, las solicitudes de
financiación se hacen a través de una misma aplicación informática. “No es lo
eficiente que se desea, pero está empezando y ya hay experiencias muy
interesantes”, afirma el doctor, que ha participado en proyectos
gubernamentales en esta materia.
Se trata en definitiva de encontrar
un equilibrio de competencias, que quizá haya
encontrado su máxima expresión en Carora, también en Lara, donde la alcaldía ha
cedido grandes atribuciones y recursos a la comuna. Una descentralización
ejemplar que se estudia en otros países latinoamericanos.
Una anécdota puede explicar esta fase de
“coexistencia medianamente pacífica”. Zamora cuenta que propuso a una
funcionaria del Gobierno colgar en internet toda la información disponible para
que las comunidades pudieran hacer la evaluación técnica de sus propios proyectos,
con criterios profesionales; y que la empleada le respondió: “¿Y
entonces cuál va a ser mi trabajo a partir de ahora?”
“Es la contradicción entre el Estado que hay y el
que se quiere construir”, el ideal socialista, concluye. Un proceso que lleva
14 años en marcha, pero que tiene un largo camino por delante para cambiar
una economía basada en el petróleo por otra sostenible y
centrada en el bienestar.
Con Chávez o sin él, el proceso bolivariano se
enfrenta al reto de desarrollar en paralelo, con sus choques y contradicciones,
el estado socialista y el poder popular.
RADIO TELEVISIÓN ESPAÑOLA: http://www.rtve.es/noticias/20130305/poder-popular-venezuela-comunas-buscan-socialismo-mas-alla-chavez/588540.shtml
Asamblea Nacional Constituyente funcionará con 21 comisiones
Por: Agencia Venezolana de Noticias
(AVN) | Jueves, 24/08/2017 07:31 PM
Caracas, 24 Agosto.- La Asamblea Nacional
Constituyente (ANC) funcionará con 21 comisiones, que se encargarán de abordar
temas inherentes a la economía, política, soberanía y justicia.
1. Comisión Constitucional: se encargará de la
elaboración el anteproyecto de exposición de motivos de la Constitución
relacionando el nuevo texto con la Carta Magna de 1999.
2. Comisión de participación popular: será la
encargada de fomentar y canalizar las propuestas del pueblo que vayan dirigidas
a la Asamblea Nacional Constituyente, por lo cual, se debe garantizar la mayor
participación ciudadana.
3. Comisión de economía diversificada y productiva:
se encargará de organizar, coordinar la ruptura definitiva del modelo
petrolero, el perfeccionamiento del modelo económico a uno mixto y
diversificado que implique además la constitucionalización de las misiones y
grandes misiones para la profundización del Estado de democracia, de derecho y
justicia.
4. Comisión de soberanía, integración y relaciones
internacionales: esta comisión estará destinada a redactar lo referente a la
soberanía política, economica y territorial, la inmunidad, la independencia y
la paz de Venezuela orientado hacia la concepción de un mundo pluriporal y
multicentrico amante de la integración latinoamericana y caribeña.
5. Comisión pública nacional: evaluará la
estructuración del poder público nacional
6. Comisión de justicia, transparencia y tutela
efectiva: evaluará en todo su extensión el sistema de justicia, la carrera
judicial, la independencia, la justicia de paz y las formas alternas a la
resolución de conflictos.
7. Comisión para la convivencia pacifica
8. Comisión de Derechos Humanos y garantías
constitucionales
9. Comisión de comunicación e información
10. Comisión de misiones y grandes misiones sociales
11. Comisión de los derechos y garantías de la
juventud
12. Comisión de la mujer y equidad de género
13. Comisión de las personas con discapacidad
14. Comisión de los adultos mayores y pensionados
15. Comisión de educación, ciencia y tecnología
16. Comisión de identidad cultural
17. Comisión para la protección integral del
ambiente y una cultura ecológica para el derecho al ambiente y la calidad de
vida
18. Comisión de los derechos para la diversidad
humana, étnica, religiosa y de género
19. Comisiín del sistema de defensa y de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (FANB)
20. Comisión de los pueblos indígenas
21. Comisión para la consolidación de la democracia
participativa
Quinto Malo
¿Qué le importa el Estado al Poder Popular?
Por: Iván Padilla Bravo | Viernes,
25/08/2017 02:01 PM
Mucho. El Poder Popular no es una entelequia. Es,
en Venezuela, el protagonista consciente y organizado, de sus destinos. Aún
así, es importante puntualizar algunos elementos. Sobre todo porque el Estado
venezolano sigue siendo de clases y su estructura está determinada, por ahora y
en última instancia, por la clase dominante, por los dueños de los medios de
producción, por el capitalismo. Sobre todo porque nuestra propuesta de sociedad
socialista –con sello de identidad Bolivariana y Chavista- aunque ha definido
en la Constitución de la República Bolivariana, líneas general de
"navegación" hacia un Estado de nuevo tipo, éste no existe aún.
Solamente la actual Asamblea Nacional
Constituyente, en funciones plenas, en consulta popular masiva, participativa y
protagónica, consulta, legisla y continuará haciéndolo para definir al Estado
de nuevo tipo, a ese Estado que sentará los cimientos para la necesaria
transformación cultural, radical, en pensamiento y valores, para producir,
distribuir y consumir bajo principios de igualdad, bajo principios socialistas.
Bueno es recordar que la figura del Estado está
contemplada como institución de "equilibrio" o conciliación de
clases. El Estado sólo es imaginable en sociedades de ese tipo. En la última y
más perversa de las sociedades de clases, en el capitalismo, el Estado ha
adquirido un nivel de desarrollo tal que es allí donde se conjugan los aparatos
políticos, económicos y militares con los que el filósofo francés Louis
Althusser denominó "aparatos ideológicos" (como la escuela y la
iglesia, entre otros). Represión y consenso establecen una armónica relación de
complicidades para el dominio y la hegemonía, característicos del capitalismo.
Por eso es que cuando el Poder Popular desarrolla
sus propuestas de acción revolucionarias y contrahegemónicas, lo hace pensando
en una sociedad sin clases y, por consecuencia sin Estado. El referente utópico
comunista, aparece así mediado por una transición entre la vieja sociedad que
está muriendo y la que se está gestando. En ese período se avanza en
socialismo, lo cual es una incipiente construcción en la formación social
venezolana.
Es el Comandante Hugo Chávez, con su propuesta y
victoria Constituyente de 1999, quien mayores pasos de avance y profundización
ha logrado dar en Venezuela, en unos 200 años de vida republicana. Sus ideales
Bolivarianos junto a la identidad de clase proletaria (y campesina) que siempre
le caracterizaron como individuo, ayudaron al diseño de una Constitución como
la vigente en nuestra 5ª República. Y, aunque esa Carta Magna en ninguna parte
menciona la soñada sociedad postcapitalista como socialista, sin embargo, la
fórmula bolivariana de "la mejor forma de gobierno" le impulsa a
proponer y desarrollar nuevas formas de organización y funcionamiento del
Estado, como las fundamentadas en las distintas Misiones sociales y en
decisiones sobre el aparato represivo de éste, al cual se le prohíbe
expresamente el uso de la fuerza para el control del orden público, entre otros
actos atenuantes como la condena a la discriminación y la búsqueda de
equilibrio legal para las sanciones.
Las presiones imperiales de poder económico y
político internacional se arrecian contra Venezuela en un deseo por frenar toda
reforma del Estado que atente contra los intereses de clases de los dominadores
capitalistas y, por supuesto, que impidan el establecimiento de un Estado de
transición a la sociedad Comunista, como la denominada socialista.
Esa última es la causa fundamental del poco
desarrollo socialista en Venezuela, pese a las propuestas gubernamentales
iniciadas por Hugo Chávez y continuadas por Nicolás Maduro, en el ejercicio
constitucional de sus mandatos en la 5ª República con orientación de la
Constitución promulgada por el pueblo venezolano desde 1999.
Hoy entendemos que la elección de la Asamblea
Nacional Constituyente, basada en el poder originario del pueblo, concede la
potestad a ese suprapoder constitucional, para incorporar decisiones y leyes en
beneficio del mejor vivir venezolano, de la soberanía económica, judicial y
comunicacional, entre otras fuentes de fortalecimiento socialista del Estado de
nuevo tipo.
Entonces, cuando nos preguntamos ¿qué le importa el
Estado al Poder Popular?, la respuesta aquí argumentada es ¡Todo! El Poder
Popular, cuando se le consigue una subordinación que le invisibiliza como tal y
se impide su organización consciente –como ocurrió durante todos los casi 200
años de padecer la IV República- es muy difícil que tenga interés por el
Estado. Si acaso llega a tener interés por los gobernantes y sus efímeras
acciones pero no exactamente por el Estado. El interés del Poder Popular por el
Estado, es un interés de clase. No es el interés por el cambio de gobernantes,
sino por el cambio radical de sociedad. Es un interés revolucionario. Es el
interés por alcanzar un nuevo Estado y, sobre todo, una sociedad nueva.
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