Izquierda - Izquierdismo
Por Immanuel Wallestein / Resumen Latinoamericano /
La Jornada / 8 de agosto de 2015 –
Cualquiera que haya estado siguiendo los eventos
mundiales recientemente no pudo sino leer en los medios los interminables
análisis relacionados con las realidades económicas de Grecia. Lo más notable
de tales análisis es lo radicalmente diferentes que son unos de otros. No
obstante, podemos dividirlos en dos campos principales.
Uno de los grupos dice que las dificultades de
Grecia fueron creadas por sí misma, porque los sucesivos gobiernos y ciudadanos
griegos gastaron, con imprudencia, dinero que no tenían –para sostener un
estilo de vida colectivo más allá del nivel de sus ingresos colectivos. Este
grupo tiene una solución simple a los males de Grecia. Hay que cortar de tajo
los gastos colectivos griegos de modo de pagar sus extensos préstamos. Los proponentes
de esta postura llaman a este programa reforma y dicen que con el tiempo Grecia
emergerá más fuerte. Esta visión es sostenida en varios grados por casi todos
los miembros de la zona del euro de la Unión Europea. Su vocero más visible e
intransigente ha sido el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. Él
mantiene dos argumentos: Grecia debe abandonar la zona del euro temporalmente y
debe someterse al estricto pago de todas sus deudas destacadas.
Los críticos de este programa le llaman austeridad
y arguyen que es cruel e insensible, y que fuerza a una creciente franja de la
población griega a una pobreza abyecta. Es más, dicen, un régimen de austeridad
no conducirá, no puede conducir, a ponerle fin a la aguda depresión actual que
atraviesa Grecia. Y afirman que cada préstamo sucesivo incrementa, no
disminuye, la tasa de desempleo y ha hecho menos posible el logro del
ostensible objetivo de restaurar la competitividad de Grecia en el mercado
mundial. Entonces, ellos llaman a una condonación sustancial de la deuda y a
revertir las demandas de los acreedores que claman en favor de que Grecia haga
recortes en las pensiones y en otras partes de la red de seguridad social. La
demanda de condonación de la deuda ha ganado un respaldo creciente de prominentes
economistas como Joseph Stiglitz y Christine Lagarde, presidenta del Fondo
Monetario Internacional (FMI).
¿Cómo fue que Grecia arribó a tal punto de
desasosiego económico? El primer debate se centra en cuándo debemos fechar el
punto de partida de las desgracias de Grecia –en sí un punto importante de
discusión.
Los militantes de las reformas neoliberales
comienzan la historia bastante recientemente, en esencia cuando se derrocó a la
dictadura militar de 1974 y emergió con fuerza al escenario un partido de
izquierda, Pasok, encabezado por Andreas Papandreu. Los críticos de esas
reformas comienzan la historia mucho antes, por ahí de la década de 1930,
cuando los gobiernos de Europa occidental, en particular Alemania, impusieron
un sistema cuasi colonial en Grecia. Esto pone la culpa, llanamente, en las
fuerzas capitalistas e imperiales.
Después de 1974 la política griega siguió en muchos
sentidos la división usual entre un partido de centro-derecha, Nueva
Democracia, y un partido, Pasok, que de inicio fue de izquierda y que fue
transitando, paso a paso, a ser de centro-izquierda. Conforme los sucesivos
gobiernos aceptaron las condiciones para los préstamos y por tanto más y más
austeridad, el espacio vacante en la izquierda vino a ser ocupado por Syriza,
un partido nuevo, fundado en 2004, cuyo nombre es un acrónimo griego de
Coalición de Izquierda Radical.
Al principio Syriza fue realmente una coalición que
reunía una variedad de pequeños partidos que iban de la extrema izquierda a la
centro-izquierda. Este partido se distinguió por su fuerte oposición a la
austeridad. Su líder vino a ser Alexis Tsipras. En sucesivas elecciones, Syriza
ganó más y más fuerza, hasta que finalmente obtuvo el primer sitio en las
elecciones de 2015 con 36 por ciento de los votos. Dado que las reglas
electorales griegas confieren un bono al partido más importante, esto fue
suficiente para otorgarle 149 de los 300 asientos y permitió que Syriza formara
un gobierno con el respaldo de un partido pequeño.
Fue en este punto que Syriza tuvo que enfrentar los
dilemas de ser gobierno, que no permiten las posiciones fáciles de ser un
movimiento radical de oposición. El nuevo gobierno escogió a Yanis Varoufakis
como su ministro de Finanzas y como negociador principal con los acreedores de
Grecia.
Una de las promesas electorales de Syriza había
sido no negociar con la llamada troika lo que
debería hacerse. Varoufakis se encontró con que nadie hablaría con él si no
hablaba con la troika. No obstante, Varoufakis fue
bastante persistente y locuaz acerca de la necesidad de una condonación de la
deuda y de un préstamo de transición que permitiera que los bancos griegos
mantuvieran su solvencia. Quería ganar un tiempo que le permitiera a Syriza
reducir los daños que habían forjado años de austeridad. Y quiso hacer todo
esto sin que Grecia abandonara la zona del euro, la llamada grexit.
Cuando las negociaciones dejaron de tener sentido,
Syriza llamó de repente a un referendo en Grecia acerca de si se deberían
aceptar o no los términos ofrecidos por la troika. Todo mundo,
incluido Syriza, supusieron que los resultados serían apretados. Por el
contrario, la votación celebrada el 5 de julio arrojó un no (oxi, en griego) que
alcanzó un porcentaje tan alto como 61.3 por ciento.
Qué era lo que había que hacer, fue entonces el
dilema de Syriza. Su decisión yacía en un restringido comité de seis personas,
incluidos Tsipras y Varoufakis. Varoufakis propuso un llamado plan B que había
estado preparando durante cinco meses. Esto implicaba establecer un sistema
paralelo de pagos por si ocurría un feriado bancario y un control de capitales.
Era una especie de grexit, pero en los términos de
Grecia. Esto habría tenido por respuesta un desquite mayúsculo por parte de las
fuerzas neoliberales. El pequeño comité de seis votó 4-2 contra la
implementación del plan B y Varoufakis renunció como ministro de Finanzas.
Syriza fue entonces forzado a aceptar una serie aún más dura de reformas que
las que habría enfrentado al inicio de las negociaciones.
El locus de la tormenta
política pasó ahora a Syriza mismo. Hay quienes priorizan la sobrevivencia de
Syriza como partido. Hay otros, de la llamada Plataforma de Izquierda al
interior de Syriza, que denuncian a Tsipras como traidor y tal vez tengan la intención
de crear un nuevo partido. Y hay otros, como Varoufakis, que piensan que
Tsipras falló gravemente en su táctica pero que se mantiene en su compromiso de
terminar con la austeridad.
¿Qué conclusiones puede extraer Syriza (y el resto
de nosotros) de lo que ha ocurrido? Lo primero que hay que resaltar es lo que
no está siendo debatido. Desde el principio, en 2004, Syriza se comprometió a
buscar el poder del Estado para implementar sus objetivos. Parece que no se
avizoraron rutas políticas alternativas. Pero, por supuesto, buscar el poder
del Estado acarrea consigo ciertos costos muy serios. Uno de tales costos es
que los gobiernos, todos los gobiernos en cualquier parte, son forzados a hacer
arreglos en su trato con el resto del mundo. Eventualmente esto conduce a la
clase de división que Syriza está sufriendo en estos momentos.
Lo que se está debatiendo ahora es si permanecer en
la zona del euro es algo que mejorará o empeorará la situación. Y es obvio que
esto es un asunto de tácticas de corto plazo. A como está construida en la
actualidad, la zona del euro es una presión para asumir más políticas
neoliberales. Pero retirarse de ella implica serios impactos negativos de corto
plazo para las vidas de los griegos. El enorme respaldo al oxi fue un voto en favor de la dignidad de Grecia
contra la austeridad y, al mismo tiempo, en favor de mantenerse en la zona del
euro.
Podemos esperar que habrá elecciones parlamentarias
tempranas, en las cuales Syriza, con Tsipras a la cabeza, enfrentará tiempos
difíciles para renovar su mandato. Pero no hay alternativa para Tsipras. Está
atrapado en sus decisiones previas y en las prioridades de un partido que desea
mantenerse en el poder.
Traducción: Ramón Vera Herrera
-.o0o.-
de: Resumen Latinoamericano <resumen@nodo50.org>
responder a: resumen@nodo50.org
fecha: 10 de agosto de 2015, 21:17
asunto: [Diariodeurgencia] 10 de agosto de 2015
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Colectivo Perú Integral
24 de agosto de 2015
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