Dr. Hugo SALINAS
En este
artículo trato de explicitar lo que la Teoría Económica “olvida”, ya sea por
considerarlo sin mayor importancia o, y este es mi parecer, por un
posicionamiento ideológico. No tiene la intención de abordar un punto crucial,
sin el cual es imposible explicar el origen de las desigualdades
socio-económicas a fin de proponer una alternativa de solución.
Y cuando se
explicita lo que la Teoría Económica “olvida”, recién se ingresa a explorar la
realidad socio-económica en toda su dimensión, espacial y temporal; lo que ocurre
a lo largo y ancho del planeta, y desde los orígenes de la Humanidad.
¿En qué
consiste este punto central, que es crucial para la explicación de las
desigualdades socio-económicas tales como la pobreza, el desempleo y el atraso
milenario de los pueblos del Sur? ¿Por qué la Teoría Económica evita tocar el
punto germinal del capitalismo y que, en definitiva, los es también del
feudalismo, gamonalismo y esclavismo?
El asunto es
bastante simple. Pongamos un ejemplo. Tenemos dos conjuntos, uno está integrado
únicamente por hombres y, el otro, integrado únicamente por mujeres. Digamos
que la diferencia entre estos dos conjuntos es una cuestión de género,
masculino y femenino.
Ahora,
tomemos solamente a uno de los dos conjuntos en donde todos sus elementos son
de un mismo género, digamos femenino. En esta condición, cuando analizamos y
comparamos un elemento con otro de este mismo conjunto, ¿habría necesidad de
demostrar que una es mujer y la otra también? ¿Para qué, si ya sabemos que
todas son mujeres? ¿Para qué, si las dos son iguales en género? Más aún, en
esta condición, ¿existiría la palabra “género”, e incluso la palabra “mujer”?
No, sencillamente porque en este conjunto todas son mujeres, y no existe un
solo “hombre” a partir del cual recién podríamos establecer la diferencia
mujer-hombre.
Y es esto lo
que está pasando con la Teoría Económica.
Si Pedro
realiza una inversión, ¿qué necesidad existe de demostrar que la totalidad del
resultado de la actividad económica generada por la inversión de Pedro le pertenece
a él, y solamente a él? No existe ninguna, porque está generalmente aceptado
que el resultado de una inversión pertenece a quien pone el capital, tanto que
ni siquiera tenemos la necesidad de ponerle un nombre a este fenómeno
socio-económico. Porque, como vimos líneas arriba, para llamar a una persona
“mujer” era necesario que exista por lo menos un “hombre”. Siendo así, y sólo
así, es que ya estaríamos en condiciones de inventar la noción “género”.
Y la Teoría
Económica nos presenta solamente un caso de figura, en donde se realiza una
inversión y la totalidad del resultado pertenece a la persona que realizó la
inversión. No admite, lo que la Humanidad ha vivido por 190 mil años
aproximadamente. Todos ponen el “capital” y, por consiguiente, todos son
beneficiarios del resultado, y en partes iguales.
Solamente
cuando se acepta la existencia de este segundo tipo de repartición del
resultado de la actividad económica es que puedo llamar al primero Repartición
Individualista y, al segundo, Repartición Igualitaria. Y es a partir
de ahí que se puede llegar a la noción de Decisión socio-económica, la
cual englobaría a los dos tipos de repartición.
Y sucede que
esta Decisión socio-económica, mediante la cual, la sociedad define cómo
repartir el resultado de la actividad económica, resulta ser el segundo
elemento de una actividad socio-económica. Sin embargo, la Teoría Económica
“olvida” completamente la existencia de los dos tipos de repartición que están
en el centro de la problemática de nuestros tiempos. Un “olvido” de la Teoría
Económica que tiene un trasfondo ideológico. Tanto que el profesor Thomas
Piketty (2013) nos dice que “la desigualdad socio-económica no es mala en sí”.
Este
“olvido” de la Teoría Económica hace que la definición de economía se refiera
solamente a poner en juego los elementos del Proceso de trabajo, el otro
elemento de la actividad socio-económica. Un elemento cuyo objetivo es
solamente decidir qué bienes económicos producir.
Por eso es
que, cuando el célebre economista británico Lionel Robbins (1932) dice que “La
economía es la ciencia que se ocupa de la utilización de medios escasos
susceptibles de usos alternativos”, se está refiriendo solamente a la
interacción de los elementos del proceso de trabajo. “Olvida”
completamente la dinámica del otro elemento de la actividad socio-económica: la
Decisión socio-económica y sus tipos de repartición del resultado de la
actividad económica.
Un “olvido”
cuya aceptación lo conduciría necesariamente a poner en evidencia el fundamento
del capitalismo, la Repartición Individualista del resultado de la actividad
económica: mediante la cual, un reducido número de personas se apropia la
totalidad del Valor Agregado generado por todos los pueblos del mundo. Un
“olvido” que pretende desconocer la existencia de las desigualdades
socio-económicas como producto de un tipo de repartición bien preciso, la
Repartición Individualista.
Ferreñafe,
21 de agosto del 2015
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