SINDICATOS DE CLASE Y SINDICATOS APRI - FASCISTAS
En el Perú, como en el resto de todos los países del mundo
existe un proletariado a consecuencia del avance del industrialismo. Este mismo
fenómeno también comprende el campo. En algunos de ellos y particularmente en
el nuestro el campesinado asalariado o sin salario llega al más injusto estado
de esclavización; sin leyes que lo amparen y si es que existen no se las
cumple. Aumentan este malestar los métodos racionalizados de trabajo,
provocando la desocupación en masa que hace desesperante la vida del
trabajador.
Este estado de cosas ha planteado el problema de la lucha de
clases, que si bien no es de reciente existencia, día a día, se hace más
visible a medida que la explotación se refina. Esta lucha continua ha hecho
nacer en el trabajador un espíritu de clase irreconciliable con el
individualismo feudal y con el, no menos injusto, engendrado por la Revolución
Francesa. La prédica de los enciclopedistas franceses ha cumplido su misión, ha
llenado una etapa.
De ahí que el trabajador se defienda contra la injusticia
del capital agrupándose en instituciones de clase, de ideología clara y
precisa. La lucha desde el sindicato porque se le reconozca sus derechos. El
sindicato de clase es la entidad representativa de los trabajadores y del
obrero en particular que defiende sus intereses frente a los del capitalista.
Como entidad de clase es la mejor garantía para su defensa.
El trabajador al incorporarse a un sindicato cumple con un
deber de compañerismo y de fidelidad para con los de su propia clase. Le evita
el peligro de servir a intereses creados y del charlatanismo del político
criollo.
Pero es el caso en que también los traficantes politiqueros
han inventado la treta de fundar sindicatos que llevan el rótulo de sus
partidos. Estos sindicatos son contrarios a los intereses del trabajador y los
que ingresan a ellos cometen un error y, cuando lo hacen conscientemente, una
traición a sus compañeros de clase, desde el momento que desempeñan el papel de
fáciles instrumentos de aspiraciones ajenas.
Mussolini, el más cínico de los renegados, inventó esta
treta fundando los sindicatos fascistas que desempeñan las veces de soplonería
y de instrumentos de fuerza para cometer sus crímenes y latrocinios contra el
proletariado y contra todos sus enemigos políticos. El partido fascista se
decía también salvador de Italia y amigo del trabajador, y sin embargo cuando
subió al poder fue su mayor azote, engendrador de una de las funestas tiranías
reaccionarias de los tiempos actuales.
En el Perú también nos sorprende con la misma treta El
Partido Aprista Peruano, que no es ni puede ser el partido de las clases
trabajadoras, pero que pretende apuntalarse con la organización de sindicatos
apristas. Desde el momento que el APRA no es el partido del proletariado, ¿qué
pretende con la función de sus sindicatos? A no dudar que sirvan de
instrumentos, de puntales para su sostenimiento y prestigio y de guarda espaldas
de los lideres apristas.
Los líderes del Partido Aprista siguen la misma trayectoria
seguida por Mussolini y cía. y su partido fascista. Mussolini como los líderes
del aprismo se formaron en las filas de la vanguardia proletaria, y de un
momento a otro le voltearon las espaldas, y se reducen a simples coqueteos con
los trabajadores indecisos y poco convencidos de su rol de clase.
En Tacna, mayormente, donde no han existido organizaciones
obreras, ni mucho menos sindicatos, el APRA trata de hacer de las suyas
sorprendiendo la buena intención de los trabajadores. Cierto que a estos
elementos no se les puede acusar de desleales con su clase, sino que debido a
su inexperiencia se han dejado sugestionar por las frases bonitas y por los
reclames rimbombantes, sin comprender que los sindicatos Apri fascistas son
anti proletarios, y que se les quiere utilizar como muletas de un partido
difuso y condenado a una pronta parálisis.
Deben comprender los trabajadores que si los elementos de
las clases acomodadas quieren ingresar en las filas del proletariado deben
venir hacia ellos y no querer arrastrar hacia sus organismos a la masa
explotada con el fin de hacer de ella un
fácil trampolín.
Los sindicatos apristas son egoístas y estrechos, no dejan
margen a que el trabajador pueda ingresar con diferente o sin colorido
político. Deben ser afiliados apristas o en su defecto afiliarse.
Los sindicatos apristas son organismos anti proletarios,
defectuosos y sin una visión clara; no le indican su rol al trabajador, solo tratan de hacer de él un fácil instrumento de
aspiraciones dudosas y ajenas a los intereses del proletariado.
Donato González Rejas
Tacna, 17 setiembre de 1931
Publicado en el diario “La Nación” del día 18 de setiembre
1931
***************
(Publicado el 19 de setiembre en el Diario La Nación)
RESPONDE EL SECRETARIO DEL FASCIO DE TACNA
(Nota de la redacción del Diario La Nación, EBM)
Era nuestro deber acoger la refutación que se lee al pie de
estas líneas. El derecho a defenderse de cualquier ataque no puede negarse
jamás. Sin embargo la dirección de este diario recomienda cordura a quienes
utilicen las columnas que estarán siempre abiertas a la polémica respetuosa y
consciente.
Tacna, 18 de setiembre 1931
Señor Director del Diario “La Nación”
Presente
Muy señor mío:
En la edición de hoy del acreditado diario que Ud. Dirige,
sale a luz un artículo titulado “SINDICATOS DE CLASE Y SINDICATOS APRI
FASCISTAS” , firmado por un señor Donato González R., que contiene algunos
insultos gratuitos para el gobierno de Italia y para el Sr. Mussolini.
No es mi intención seguir una polémica con el firmante de
dicho artículo, pues declaro desde ahora
que no seguiré más adelante, pero si deseo decirle al gratuito ofensor pocas
palabras, que sirvan de escarmiento para su cerebro desequilibrado.
Ante todo debo manifestar al Sr. González, que para ser
escritor y literato hay que leer y viajar mucho, pues para un hombre de su
condición y que no ha salido más allá de su pueblo, es temerario abordar una materia
tan profunda como es el Fascismo.
Los conceptos que este señor tiene formados del Fascismo son
completamente falsos, pues ignora que este es el resultado de la evolución del
pensamiento del pueblo italiano “perfeccionado” a través de una historia que
puede asegurarse la más grande del mundo.
Debe saber el señor González, que Italia es hoy día una de
las primeras potencias europeas, cuyo
régimen y sistemas de corporaciones obreras han servido de base y
ejemplo para otras naciones y su forma de gobierno ha sido y es motivo de
envidia.
Como italiano que soy y afiliado al partido fascista, para
satisfacción mía, de mis connacionales y de mi patria, no he podido dejar pasar
por alto el discrepante artículo del señor González y me permito sugerirle que
para sus próximos escritos use más tino y más prudencia.
Agradeciendo de antemano, señor Director, la publicación de
estas líneas, quedo de Ud., muy atto. y S.S.
Maximo Castagnola
Secretario del Fascio de Tacna
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INCIDENTE ENOJOSO
Lamentamos el incidente a que se refiérela carta que se
leerá a continuación:
Tacna, 20 de setiembre de 1931
Señor Director de “La Nación”
Presente
S:D.
Por intermedio de su diario quiero dejar sentada mi protesta
condenatoria contra un grupo de individuos italianos, de filiación fascista, que
anoche, en calle pública, me asaltaron pretendiendo que me retractara de mi
ataque doctrinario al “Fascismo” y su creador Mussolini; profiriendo amenazas y
frases groseras en contra del Perú.
La actitud matonesca de estos fanáticos fascistas es, sin
duda, la esencia del principio que defienden; pero yo, que defiendo la libertad
de pensamiento, como la defendió Mateotti, no puedo aceptar y denuncio, ante el
pueblo de Tacna, del Perú entero, este ultraje de que he sido victima.
Las ideas se combaten con ideas; la fuerza bruta es solo
propia de individuos carentes de ideas.
Atacando el fascismo creo defender a Italia.
El fascismo es sólo un sistema político que no merece Italia
por ir en contra de su libertad.
Agradeciéndole, Sr. Director, me repito su atto. y S.S.
Donato González Rejas
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